Si hay tarea casera que resulte onerosa, esa es la plancha. Ante la idea de tener que pasar por semejante trago la gente busca tretas de todo tipo: ir a visitar a la suegra, apuntarse a un curso de papiroflexia por correspondencia o meterse voluntario a la legión. Para hacer más atractiva la noble guerra contra la arruga ha nacido la primera tabla de planchar con karaoke incorporado. Todos llevamos un cantante dentro, ya sea Caruso o Leonardo Dantés, luchando por salir a la luz. Este inconfesable deseo es del que queremos aprovecharnos para que mientras lo satisfacen dejen bien lisa la ropa.
El marido que siempre alegaba escrúpulos de conciencia para ponerse a la faena, le veremos ahora dejando primorosamente las braguitas de fantasía de su media naranja mientras vocea Cadilac Solitario. El huraño hijo mayor, todo el día chateando en el cuarto, tiene que sacar a empujones a su padre para poder cantar Y como es él entre calcetines y camisas. Antes muerta que en la plancha gritaba la hija en la edad del pavo, hoy se encarga sola de sus tops y tangas al ritmo calentito de El Barrio. Y la madre por fin tendrá un poco de tiempo libre para ver El Tomate con tranquilidad.
La única pega que le vemos a este producto es la contaminación acústica que desprende, y que en algunos momentos puede ser verdaderamente nociva, pero en
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