miércoles, 7 de noviembre de 2007

Queremos ser tu banco


La banca española, siempre tan inquieta, diversifica su negocio. No contenta con sablear a su respetable clientela con comisiones variopintas, sacarle los cuartos con tasas a cada cual más imaginativa o hipotecarles hasta la tercera generación, ahora recurre a una estrategia más agresiva: robarle el dinero directamente, que para que vamos a andar guardando las apariencias.

Sucedió en Palencia este caso que seguro creará precedente. El director de una sucursal de Caja España estuvo durante cinco años quedándose con el dinero que una viejecita mandaba a un amigo suyo misionero. Casi trescientos mil euros del ala.

El diligente profesional de la banca debió pensar que la caridad empieza por uno mismo, y para qué molestarse por los congitos cuando uno tiene más acuciantes necesidades, como un coche nuevo o ir de vacaciones.

Con todo, lo que preocupa más es el que se extienda el ejemplo, que la voracidad de estas sociedades no conoce límites. Por ahora, como medida de precaución, recomendamos que a la salida de su sucursal comprueben si les falta la cartera.

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