La empresa de los Doritos ha decidido ampliar mercados. Sus directivos han alzado los ojos al alto cielo y han clamado en dirección a la osa mayor como nuevo territorio en el que implantarse. Antes, van a mandar un mensaje publicitario mediante un radar de ultrafrecuencia para que no pillen a los extraterrestres en la inopia cuando aparezca por su sistema solar el repartidor de Matutano. Científicos de la universidad de Leicester (Inglaterra) se encargan de los detalles técnicos, mientras se ha hecho un concurso de ideas a ver qué sandez pueden mandar en el anuncio que llegará a sus destinatarios allá por el 2050. Peor embajador gastronómico de la humanidad es difícil imaginar, eso si no se piensan que los tales doritos no son armas químicas o excrementos resecos.
Pero la noticia no ha pasado desapercibida en la sede central de la SANA (Sociedad Anónima de Naves Aeroespaciales) ubicada en las orillas del Najerilla. Como todos ustedes saben, esta compañía, participada por la CONCHA (Confederación de Chacineros) y el PACO (Patronato de Cocineros), es puntera en motores de plasma y sopas de sobre, y dolida en su amor propio por la arrogancia de la pérfida Albión, ha puesto en marcha su propio programa de publicidad cósmica, con unos más que apreciables resultados.
Aquí nada de mensajitos de ultrafrecuencias que ya están obsoletos, aquí se manda una nave como dios manda, con su espacio de carga en el que vaya una surtida muestra del producto a promocionar. Después de arduos años desarrollando el prototipo de cohete Polo I Naranja y el Polo II Limón, al fin con su última versión, el Polo III Tutifruti da las prestaciones y la fiabilidad que una empresa como esta requiere.
El próximo verano, de un secreto lugar del desierto de los Monegros partirá la primera nave con un cargamento completo de morcillas de Burgos rumbo a Alfa Centauro. Le seguirá otra nave llena de almejas gallegas y quesos de tetilla con destino a la galaxia de Orión, chorizos de Cantimpalo para la nube de Magallanes, otra de sobrasada directa al centro de Andrómeda y arroz de Calasparra a Casiopea. La gente, sea terrestre o extraterrestre, siempre se la gana por el estómago.
Hay otras empresas interesadas en este tipo de marketing, pero no se ha llegado a ningún acuerdo por la dudosa calidad de sus productos. Es el caso de Línea Directa y Cofidis, usureros corporativos que bien merecerían ser mandados a un agujero negro para que fueran excretados a otro universo y librábamos de sus intereses. Los del Gel Baba de caracol podían viajar al cinturón de asteroides, a ver de qué son capaces sus cualidades regenerativas en situaciones tan extremas. Varias empresas de compresas, con sus anuncios de mundos perfectos y maravillosos, estarían de perlas en un destino soleado como la órbita de Mercurio.
2 comentarios:
En mi opinión, cuanto más simple sea el mensaje, más fácil será a la hora de descifrarlo.
Yo hubiese enviado un bocata de mortadela. Eso sí, sin aceitunas.
Más contundente si cabe hubiera sido la cabeza de jabalí, que en Aldebarán se pirran por ella
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