viernes, 18 de abril de 2008

Gadgets: Secador alimentador de egos



No somos nada, y menos tras salir de la ducha, sin ninguno de los recursos que la industria del maquillaje y la moda pone a nuestra disposición para adecentar un poco los descalabros de la edad y la mala vida. Esta situación en el caso de la mujer es más acentuada, que invierte tiempo y dinero en tapar las goteras, mientras que el hombre suele combatir los achaques mirando hacia otro lado. Sea como sea, el momento en que más baja se encuentra la autoestima es cuando te enfrentas al espejo todas las mañanas y te muestra la cruda realidad. Por ello, el departamento de psicología aplicada de la Universidad pontificia de Cienpozuelos está ultimando un invento revolucionario, el secador alimentador de egos. Éste consiste en un secador con las funciones típicas, secar-freír el pelo, al que se le añade un sensor síquico que sondeará el cerebro del usuario mientras se atusa los pelos, detectando cuáles son sus carencias anímicas y generando una serie de mensajes destinados a levantarle la moral.

Imaginemos al típico friki seudovirgen maqueándose para salir el sábado noche. El secador le diría algo así como “hoy mojas, campeón” y esa noche va a muerte y seguro que al final alguna cae, aunque sea pagando. A la maruja que se arregla para ir a hacer las compras, con un sencillo “vas a ser la envidia en la cola de la pollería” ese día no se le cuela ni una. La oficinista que siempre pasa desapercibida, con un piropo de albañil tabiquero cual “si bajo te hago una desgraciada, jamona” nuestra chica llegará a la ofi con los ojos haciendo chiribitas. El músico que no acaba de triunfar recibiría de nuestro aparato una frase de ánimo así: “ese temita tan guapo que tienes lo pone Clemente en el vestuario del Murcia y salen todos los jugadores empalmaos al campo” y coge la suficiente confianza para componer una suite de quince movimientos de una sentada. El ímprobo padre de familia acuciado por mil problemas saldría de casa sacando pecho con un sencillo “hoy te va a llamar el jefe para decirte que está estudiando la posibilidad de subirte el sueldo el año que viene”. La adolescente con las hormonas revolucionadas oiría un “no te rayes tía que hoy te lo montas con el Jonathan”, y saldría sin bragas de casa para no perder tiempo.

Como ven, invento destinado a sanar almas en pena, soplo de aire fresco para vidas acongojadas, bocanadas de felicidad a 220W. Háganse con él y manden a la m a su psiquiatra.

2 comentarios:

Srta. Effie dijo...

Sr. Chafardero,

Me parece un inventito fantástico pero, en lo que a mi se refiere, me plantea una serie de dudas.

Verá, cuando salgo de la ducha tengo un parecido maravilloso con La Lozana Andaluza. El pelo mojado y hacia atrás me queda divino, la cara sín maquillaje de infarto y la toallita minúscula que cubre mi cuerpecito ni le cuento.
Por lo tanto, por las mañanas no necesito el servicio de tan asombroso invento.

Yo noto la necesidad de un neutralizador de malos rollos tal como pasa el día. Supongo que podría meter el secador en el bolso y hacer uso de él cuando sienta necesidad, pero imagíneme en una reunión con mi jefe hablando de cifras y presupuestos, él ladrando y yo intentando calcular a la velocidad que viajan sus escupitajillos coléricos por el aire. ¿Saco el secador en ese momento? Que imagen, querido: mi jefe dando puñetazos en la mesa y yo atusándome el pelo.

Hum.

¿Funciona con baterias? Lo digo por cuando voy en el metro y se pone a mi lado un señor de esos que huele mal pero que muy mal. Aunque creo que en ese caso lo más aconsejable es darle directamente en la cabeza al pasajero con el ingenio mecánico y enviarle a lavarse el sobaco al rio más cercano.

???

Chafardero dijo...

Es desde luego su caso digno de atención querida. Consultados los responsables de la universidad de Cienpozuelos, han acordado montar su dispositivo en un móvil para que pueda defenderse de su jefe o de malolientes metrosexuales sin llamar la atención y con la elegancia que le es tan propia