Ya es frase más que manida que muchas veces la realidad supera a la ficción, pero que se sepa ésta será de las pocas en que el mundo real supera al siempre delirante y bizarro mundo del tebeo, donde los mayores disparates son moneda corriente. Cualquier lector de comics se puede merendar varias hecatombes interestelares en una misma tarde o que una horda de zombis adictos al sexo anal instaure una dictadura homófoba en Macedonia con la aquiescencia de la OPEP sin que le chirríe lo más mínimo.
Pero hasta el friki más curtido babearía de gusto ante la noticia de que la CIA, allá en la guerra fría, estuvo tentada a bombardear La Meca a base de cerdos para luego culpar de todo a los rusos y conseguir que los países árabes rompieran relaciones con los malandrines comunistas. No sabemos si la frustrada invasión de bahía Cochinos tuvo algo que ver en que abandonaran el proyecto, asqueados ya de tanto puerco. De llegar a consumarse, hubiera sido uno de los hitos del terrorismo pop. Muy difícil se lo han puesto a Francisco Ibáñez, feraz creador de Mortadelo y Filemón. A pesar de las mil misiones rocambolescas a las que se han tenido que enfrentar la pareja más calamitosa del espionaje mundial, no han llegado todavía al grado de refinamiento de sus homólogos americanos.
Quizás descubramos un día que Ibáñez solo se limitaba a copiar para la TIA lo que descubría en los archivos de la CIA. Quizás dentro de poco aparezcan Mortadelo y Filemón por Afganistán con el sulfato atómico haciendo de las suyas, detengan a Bin Laden y lo dejen una noche a solas con la señorita Ofelia, o que el profesor Bacterio investigue para la NASA un nuevo sistema de propulsión a base de profiteroles. Andan tan entremezcladas realidad y ficción que ya se hace difícil distinguir, pero de lo que no hay duda es que la CIA seguirá tramando de las suyas. A ver con qué nueva cerdada nos sorprenden.
6 comentarios:
Con lo torpes que son los yanquis, seguro que hubieran arrojado a Porky o a otros cerdos inequívocamente americanos. En fin, mejor no pensar que estamos en manos de esos berzotas.
Tampoco estaría mal que les hubieran bombardeado con el Coyote y el Correcaminos. Dejarían La Meca hecha unos zorros
Creo que se trata de una leyenda derivada del antiquísimo proverbio iraquí "llueven cerdos", que se tornó nuevamente popular durante los saltos de paracaidistas de las dos últimas invasiones.
Un post genial, Chafardero. Divertidísimo.
Para Serio:
Como si no fuera bastante maldición la de marines que les llueven a diario, también tenían que castigarlos con sus colegas de cuatro patas.
Para Kunin:
Gracias, pero todo el mérito es de la CIA
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