Falete y la falsa moneda

El común de los mortales rompe con su novia o marido por problemas de convivencia, incompatibilidad de caracteres, devaneos con la vecina o las drogas. Pero Falete, la última de las lolailo-stars, no podía romper con su novio por tan triviales motivos, que su tronío y su poderío no se lo permitirían. Le ha dejado a escasos dos meses de su boda porque el gachó ha simulado un secuestro exprés con el que pretendía realzar el perfil trágico de Falete y así promocionar su nuevo disco. Como ven, esto del show business está cada día más difícil y hay que echar mano de lo que sea para vender un disco.

Dice la policía que José Isaac, que a pesar de su bíblico nombre es mozo de perfil propio de Adriano y bucles que bien envidiar podrían los de Antinoo, el día de autos transitaba por la plaza de la Cebada cuando fue abordado por unos individuos que albaceteña en ristre lo metieron en un coche en contra de su parecer, lo llevaron a una casa sin su consentimiento y lo soltaron al poco, sin signos aparentes de que hubieran dañado el cuerpo donde calma Falete esa sed sin medida que hace que se estremezca hasta la cal de sus huesos.

Con las pistas aportadas por la victima se puso en marcha un impresionante dispositivo policial. El dato de que uno de los secuestradores iba en chanclas apuntaba directamente a la mafia rusa, mientras el de que el coche usado en el trabajito llevaba colgando del retrovisor una figurita de El Fary señalaba a Sendero Luminoso, banda de inusitado sadismo. Pero después de un interrogatorio como solo la policía sabe hacer, José Isaac terminó por reconocer que todo había sido un montaje para dar publicidad al nuevo disco de su novio.

Es de suponer que cuando llegó la mala nueva a oídos de Falete se le abrieron las carnes, un negro clavel de pena-penita-pena le subió desde las entrañas mismas hasta el cielo del paladar, se mesó los cabellos víctima de un inconsolable sentimiento de traición, rasgó sus mejores mantones de manila anegado en llanto, y finalmente se abandonó en su mecedora favorita. Una vez pasado el sofoco, y ante la perspectiva de que al nuevo rey de la copla le vayan a sacar coplas por las ideas de bombero de su novio, tomó una decisión que aunque le desgarre el alma y haga añicos su corazón, es la única que hará entender a su público que es un artista íntegro por sus cuatro amplios costados y que ni tiene ni ha tenido ni tendrá que ver en montajes semejantes, que para vender sus canciones se vale de sobra con su prodigiosa voz y ese aire de castrati de ópera bufa que tan caro le es.

Valiente decisión, que ese novio que tenía era como la falsa moneda, y que con lo mucho que ha corrido no era bueno para marido. Y no han de faltarle amores a Falete, que no tiene más que apoyarse en el quicio de la mancebía a lucir sus carnes morenas, que seguro que más de uno querrá darle candela.