Es una lata el morirse, aparte de esto, gracias a Dios, la vida pasa felizmente si hay amor. En parte se lo debemos al arte y la bonhomía de Luis Aguilé, de los pocos artistas completos que en este mundo han sido. Toda la vida cantando lo de que nunca podría morirse, que en Cuba estaba enterrado su corazón, que uno ya estaba por creérselo, pero parece que la parca es dura de oído.
Parte otra vez de gira Luis Aguilé. Nosotros pondremos en el pic-uk sus viejos singles del sello Showman, que esto es lo que era: alguien con la sonrisa siempre en los labios cantando livianas melodías para que olvidáramos un poco nuestra aburrida vida. Un profesional del entretenimiento se va, ahora que está todo lleno aburridos artistas. No pasó por esta vida repartiendo baba verde en dosis de tres minutos, y eso la sesuda crítica no lo perdona. No iba de doliente, como otros diletantes. El estaba entregado a su público, cantando felices fábulas de suecas enamoradizas, primas donnas bananeras, la banda aquella que iba un poquito piripi, el tío Calambres y su baile de San Vito. Rimando amores burbujeantes con una copita de champan, una no más, no se vaya a subir a la cabeza. Hasta enseñó a los niños que el que lleva el pan a casa no es Superman, sino Superpapa, o informó de primera mano de la operación a corazón abierto del bueno de Pinocho. Tanta ingenuidad cotiza poco en el parnaso musical, donde le miraban por encima del hombro, mientras él camina camina no mires atrás.
María, Fanny, Pamela y tantas otras chicas quedaron enredadas en sus corbatas de fantasía, en su acento porteño-cubano-castizo. Con su mirada de don Juan de atrezo, de inofensivo conquistador veraniego, no iba más allá de robar algún beso a la niña a la vuelta de la esquina mientras la mama se hacía la longis. Deja muchos corazones huérfanos y proyectos inacabados (¡átense los machos! hasta una zarzuela se traía entre manos).
Se va otro personaje de una época feliz en la que todo parecía posible. Ahora que, como decía Gil de Biedma, nos hemos dado cuenta que la vida va en serio, cobran más valor gente que llenó de color las paredes de tu corazón. Por eso y muchas cosas más seguirá en la memoria de muchos, como su estupenda versión del Azzurro, que nos sirve para despedirnos de él a lo Flor de Pasión, con un arrivederci y a presto pino.
10 comentarios:
Vaya. Veo que tú también andas alabando a tus muertos preferidos...
Bueno, nos queda Palito Ortega, aunque ahora creo que anda en política.
¡Qué tiempos, señor!
Pues sí. Te he tomado prestado el tono elegiático, que nunca pensé usar con Aguilé, con el que tanto me he reido
¿Qué quieres que te diga?. Cada vez que oigo La Chatunga me pongo enfermo, más de lo que lo estoy habitualmente.
Si bien es cierto que muchos de los cantantes actuales no son mucho mejores. Terminaré por cantar yo. El fin del mundo, vamos.
La Chatunga no es de lo más brillante de nuestro hombre. Pero acabo de ver el video de lo nuevo de Alejandro Sanz y de verdad creo que tienes un prometedor futuro en esto de la música, sobre todo si te dedicas a la coplita flojo-lolailo-empalagosa y muy artística.
Nueva tragedia: Camilo Sesto anuncia su retirada de los escenarios.
Como ya dije en otro sitio, no sé si cortarme las venas o dejármelas largas.
Pues propongo hacer un cuarteto vocal Noveldaytantos, yo puedo ser el tipo duro pero sensible, ya que me dicen que canto: "como el culo". Nos vamos a forrar
Personalmente, suelo odiar a los mártires del rock, y de cualquier otro estilo musical, pero a este pobre, al que nadie le prestaba un duro ni para café en vida, le guardo un buen recuerdo.
@ Paseante:
Desde luego, la escena kish va a quedar como un erial con esta nueva baja. Yo tengo mucho que agradecerle a Camilo, pues el verle en Jesucristo Superstar pegando gritos fue lo que me empujó al ateismo.
Si me permitís unirme al grupo, yo sería el que me encargara de las groupies
@ Daemonicus:
Estoy contigo en lo de los mártires del R&R, el rollo fatalista y toda esa filosofia de yo soy un rocker que no vale más que para sacar los cuartos al personal
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