Rescatemos del olvido la figura sin par del Fary. Que nadie nos hurte su sonoro recuerdo, su percha de galán divergente, el juego de pelvis que provocaba orgasmos espontáneos entre las hembras. Venga a nosotros su mirada de maletilla a media jornada, la apabullante presencia escénica que desplegaba. Hagan memoria de su depurado estilo en el difícil arte de jugar con el cable del micrófono. Tengamos siempre presente ese perfil carpetovetónico, heredero directo de los almogávares, y su risa, que estremecía hasta la tapa de la delco de los seiscientos.
Hoy traemos sus primeros pasos sobre los escenarios, con dedicatoria y todo a su santa viejita. Este trilero de la copla con su primer hit, La Mandanga, dio el pistoletazo de salida a la Movida. Cuantos seminaristas y boy-scouts abandonaron el servicio al prójimo y se pusieron hasta las cartolas por culpa del mensaje subversivo de esta coplita guapa.
6 comentarios:
Jesús, Jesús. Esa letra hoy seguro que se la prohibían. No por hablar de "mandanga", sino porque fumar es malísimo. Y porque hoy se prohíben más cosas, o se "ocultan", que hace treinta años.
En cualquier caso, viva el Fary: España no sería la misma sin su brillante leyenda.
Musicalmente dudo que haya algo mucho peor por ahí, aunque no lo puedo asegurar. Eso sí, el tipo era simpático y descojonante. Eso no se lo quita nadie.
A Paseante:
desde luego, al paso que vamos, el papanatas del ZP va a acabar prohibiendo hasta el mascar regaliz por la calle.
A Noveldaytantos:
desde luego, en el mito del Fary lo de menos es el asunto musical, que lo mismo podía haber cantado temas del Fito Cabrales con los mismos y chuscos resultados
El fary cantando es como un feo con una wapa, te da moral, es un icono sempiterno, como la papelera de reciclaje.
Te has superado en lo de comparar al Fary con la papelera de reciclaje. Genial.
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