En esta sociedad neoliberal en la que nadie sabe apreciar las virtudes de la clase obrera, viene Sabrina Roscachapas a poner sus músculos al servicio de las fuerzas del trabajo. Convencida de que la lucha de clases sólo podrá ganarse a base de esteroides, de que el proletariado tiene que conquistar el estado burgués con el brazo armado de anabolizantes, nuestra chica no deja de aumentar su masa muscular para que pronto llegue el día en que los parias de la tierra hagan trizas las alfombras del poder.
Después de atizar la lucha de los compañeros del metal hasta casi fundirlos, ha pasado al sector de la construcción, la vanguardia del proletariado, donde negociará con la patronal el próximo convenio. Dura negociadora, si bien no destaca por su mano izquierda, su gancho de derechas es un argumento contundente. Atentos porque saldrá de piquete en la huelga del 29, y quiera dios que no se crucen en su camino.
4 comentarios:
Dios nos coja confesados. Yo mismamente pienso meterme debajo de un colchón hasta que pase el lío, no sea que las lleve de rebote.
A una de estas le regalas un ramo de flores y se lo come fijo. Y eso que no te muerda hasta la mano.
@ paseante:
Mejor encima del colchón, buen lugar para folgar el día de la huelga
@ Noveldaytantos:
Posiblemente te apalee con él, qué ñoñez es esa de las flores, pudiéndole regalar cadenas del wáter o una caja de clavos.
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