Playmate del mes: María José Campanilla, la lozana abducida

De sobra conocido es el síndrome de Peter Pan, que hace que adultos hechos y derechos se dejen el sueldo en eskijamas de Star Trek o en muñequitos del Super Skrull pintados con la mano izquierda en una descatalogada edición nipona. Pero mucho más peligrosa para la salud resulta el síndrome de Campanilla, del que nuestra playmate de este mes es modelo y paciente digna de estudio.

Esta desviación del comportamiento, diagnosticada por la moderna terapia de Gestalt, consiste en la desmedida afición de ciertas jovencillas por posar vestidas cual hadas de pacotilla para burla y escarnio de sus congéneres. Aunque para el gurú del tinglado gestáltico Clodoveo Limonero este síndrome es el resultado de una superposición no superada de las etapas anal y oral, en la foto se ve claramente el origen del trastorno. Aquí apreciamos como la joven está abducida por un pérfido alienígena, del que por el tipo de tanga que utiliza, podemos decir que viene directamente de Raticulín. No es que la Campanilla esté como un cencerro, sino que una fría mente del espacio profundo la maneja a su antojo.

Nos han informado que gracias a los poderes telepáticos de este vampiro psíquico interestelar y a la condición mononeuronal de María José, ha conseguido que ésta robara todos los sobres de kétchup en diez kilómetros a la redonda, con el consiguiente desabastecimiento en los burgers, donde varias encargadas han entrado en pánico.

Como ven, si el síndrome de Peter Pan hizo correr ríos de tinta, el de Campanilla promete ríos de kétchup. Seguiremos informando sobre las nuevas andanzas de esta lozana abducida.