No hay nada que una madre no haga por el bien de un hijo, incluso llamar a la policía diciendo que la sangre de su sangre iba a montar una carnicería. Pero así de expeditivas son algunas progenitoras, sobre todo rusas. Y es que una de ellas, ante la perspectiva de que su hija se casara con un moro, no dudó en denunciarla, diciendo que era una terrorista suicida y que iba a volar en pedazos el avión en el que iba rumbo a Marruecos para reunirse con su amorcito.
No vemos razones para semejante conducta, la verdad. Si la hija dejaba las comodidades de la gran madre Rusia por la severidad de los páramos marroquís, quién es su madre para meter baza. Si esa alma de cántaro quiere ser feliz allá donde las mujeres valen un poco más que un camello, a ver quién es la madre para contrariarla. Ya se sabe que el amor es ciego, y con burka aún más.
Por estos lares comprendemos más que de sobra la aprensión de esta madre, que a nadie le hace gracia ver a la niña de sus ojos tapada hasta los ojos. Si a esto le añadimos el terror ancestral que provocan los moros, no será de extrañar que cualquier día nos desayunemos noticias como ésta. Porque por mucho que ZP se empeñe en su alianza de civilizaciones, una cosa es una alianza, y otra muy distinta una boda.
6 comentarios:
mae mía! pero esto es verídico?
lo mismo la mamá tenía miedo de que el moro la desfondara cuello de pavo mediante y pensó que pa poca salud ninguna.
he bicho!
Si es que los rusos, en general, son un poco brutos. Ahora, que tampoco me extraña el cabreo. Porque vamos a ver, ¿para esto le dio estudios a la niña?
Esa frasecita de que el amor es ciego, a veces cuadraría mejor diciendo que es tonto.
@ Poyatos:
real como la vida misma, totalmente contrastado con la CNN, el ABC e Intereconomía.
@ Paseante:
y tanto. Vladimira Rasmaninova, doctora en ciencias exactas, y ahora haciendo cuscús en algún arrabal de Rabat
A lo mejor llevaba jamón en el equipaje.
@ Capazorros:
o a lo mejor estaba muy jamona
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