Las masas árabes han tomado las calles pidiendo pan y libertad. La revuelta contra los tiranos comenzó en Túnez, continuó en Egipto, y ahora los hijos de Alá han convocado días de la ira por toda la media luna: en Teherán, Trípoli, Argel, y hasta en la próspera y sofisticada Bahrein se han echado a la calle para cantarle las verdades del barquero a sus dirigentes. Y tan mal está la cosa que los prebostes de la Fórmula 1 han decidido cancelar el gran premio que se celebra en el golfo y que tan bien se le daba a nuestro idolatrado Fernando Alonso.
No es difícil ver en todo esto una mano negra en contra del deporte español. Fuentes de toda solvencia confirman que Mohamed Buazizi, el tunecino que prendió la mecha de la protesta quemándose a lo bonzo, no era más que un agente a sueldo del equipo Red Bull. El objetivo era sembrar la inestabilidad en los gobiernos de la zona y conseguir la suspensión del gran premio de Bahrein, carrera en la que tradicionalmente Fernando Alonso ha cosechado grandes éxitos. De esta manera ha echado por tierra la estrategia de Ferrari y nuestro laureado campeón, privándole de unos puntos que pueden ser decisivos cara al mundial.
Menos mal que como buen asturiano Alonso es inmune a estas triquiñuelas árabes, y por muchas estrategias de desestabilización que monten bajo la escusa de sacudirse el yugo del opresor, no van a poder con él. Porque el circo de la Fórmula 1, expresión máxima del capitalismo más hortera, está por encima de pueblos oprimidos, derechos humanos y demás zarandajas.
Queremos denunciar que ésta no es más que otra maniobra del contubernio promovido por la mafia dirigente del deporte internacional contra los nuestros. Los mismos que nos niegan el balón de oro, los mismos que quieren acusar de dopaje a Contador son los que ahora intentan boicotear a Alonso. Por eso hacemos un llamamiento a todos los españoles que se visten por los pies para realizar una defensa a ultranza de nuestros deportistas, depositarios últimos de las esencias patrias, aunque después depositen sus impuestos allende de nuestras fronteras.
2 comentarios:
Por fin alguien que pone el dedo en la llaga. El demonio de la envidia corroe a todos esos extranjeros, y lo peor es que algunos compatriotas caen en la trampa, quintacolumnistas del celoso enemigo.
Sólo así puede entenderse el duro ataque que, desde dentro, está sufriendo la esencia patria: los toros.
@ luis Congrio:
Contra los toros se alian cuatro separatistas resentidos azuzados por los servicios secretos sionistas. Pero la unión de los señoritos andaluces con los palurdos de los cuatro puntos cardinales de la piel de toro harán imposibles sus propositos.
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