La Patada por Tardi
El
parado desconocido es un tipo poco conocido. No tiene la aureola épica del
soldado desconocido, caído en alguna escaramuza poco antes de declararse el
armisticio. No concita el interés de los medios, pues su flaco poder
adquisitivo no atrae a los patrocinadores publicitarios. Las agencias de rating
lo desprecian, que para ellas el capital humano siempre ha cotizado a la baja.
El parado desconocido igual recibe la visita de algún candidato en campaña, que
conviene cuidar el perfil social para mover al voto a los indecisos. Pero tras
la foto y el apretón de manos, volverá a rumiar su miseria en soledad. En un
mundo de triunfadores, el parado desconocido no tiene ni patria ni leyes que le
amparen. A nuestro parado desamparado solo le queda la buena voluntad de las
hermanitas de la caridad. Esta es la gran labor social de la iglesia: pan para
hoy, hambre para mañana.
6 comentarios:
Cierto. El parado no es un ser unitario, sino una masa. Se habla de miles o millones de parados como sifuesen hormigas: solo tiene sentido como parte infinitesimal de un conjunto.
En resumen: el parado es un dígito. La humanidad la perdió al mismo tiempo que el empleo. Si es que alguna vez lo tuvo...
Tienen todos ustedes razón, maejtroz.
Sin embargo, lo que me preocupa a mí, fino analista donde los haya, son los proyectos de parados.
A mi alrededor veo personas acojonadas (quizás yo mismo) que no reaccionan por si les toca a ellos la lotería del paro.
@ Paseante:
creo que el estado natural del hombre es el de parado, con algún fugaz periodo de semiesclavitud.
@ Luis Congrio:
Además, esa lotería es de las que acaba tocando, y no la pedrea sino el gordo.
Triste asunto el de los parados. Aunque por aquí parece que no existe, ya que las inversiones van a aeropuertos sin aviones, carreras de coches, campos de golf, la Volvo Ocean Race, etc. Que el show no pare.
@ Noveldaytantos:
Claro que no para el show. Ya vamos por los cinco millones.
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