La amistad es uno de los conceptos más empalagosos que existen, casi tanto como el amor. A cualquiera que saque el tema se le llena la boca de frases hiperbólicas sobre la grandeza de dicho sentimiento, lo que nos enriquece, lo que nos aporta, lo a gustito que se está con los amigos, lo que los echamos de menos cuando se van o lo que los echamos de más cuando vuelven. Después todo son palabras, que con esta milonga fraternal lo único que buscamos es ver qué le podemos sacar al prójimo.
Pero no siempre es así. Hace poco dos colegas en los USA se fueron a casa de un amigo, y para su asombro, se lo encontraron palmera. No por ello cambiaron de planes. Agarraron el cuerpo y estuvieron con él toda la noche de fiesta.
Primero se fueron a cenar. Como el finado no tenía apetito, lo dejaron en el coche de cuerpo presente. Después utilizaron su tarjeta de crédito para echar gasolina, comprar más comida y acabar la noche en un bar de striptease. Normal que la última farra corriera de su cuenta, que en el otro mundo de nada le iba a valer el dinero. Llegado el nuevo día, el muerto, que éste sí que estaba de parranda, volvió a su domicilio y los colegas avisaron a las autoridades para que le dieran de baja del censo.
Esto es amistad más allá de la muerte. Si los amigos están para las ocasiones, cual mejor que cuando todavía no te ha pillado el rigor mortis para correrte una buena juerga sólo con los íntimos. Nada del muerto al hoyo y el vivo al bollo, aquí todos al lío que son dos días. A ver cuántos de esos defensores de la amistad verdadera se van con su amigo cadáver o llaman a la funeraria y se lavan las manos. Estos son amigos para siempre, aunque ahora los acusen de abuso de cadáver y algún cargo más, pero es que la verdadera amistad no siempre se comprende.
6 comentarios:
Me gusta la costumbre irlandesa de despedir a los amigos cantando y con alcohol. Por aquí ya se perdió la de ir a emborracharse a casa del muerto mientras las mujeres lloran. Una pena.
Me han contado que existen peñas que dejan pagada una/s ronda/s a los amigos. Creo que es una buena decisión. La exaltación de la amistad, sereno, no tiene ese puntito.
Eso es solidaridad, coño. Y la costumbre irlandesa que dice LuisC -y que ocurre en más sitios- es de lo mejor que se ha inventado: al muerto le da igual, pero los acompañantes ya tienen justificación para llegar a casa borrachos y tarde. Que es de lo que se trata.
@ Luis Congrio:
desde luego, achispado las penas se llevan mejor.
@ Paseante:
El muerto también se apuntaría si pudiera.
Yo creo que la tendencia es a hacerse amigo de la tía más buena. El problema es que muchas veces ella no quiere.
@ Noveldaytantos:
pues ya sabes, a esperar a que la palme y luego te vas de marcha con ella. Seguro que entonces no se te resiste.
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