Observaciones de un pacifista con reservas por Peter Bagge
Como
parece que se avecinan tiempos difíciles, vaya un ejemplo de protesta tan
discreta que hasta puede pasar desapercibida. Choca con nuestro temperamento,
habituado a meter ruido hasta para bajarse de la acera, pero Rajoy y sus mariachis las caceroladas y demás
discrepancias ruidosas se las van a pasar por el arco del triunfo. Nuestra
única oportunidad será oponerse en silencio, protestar sin alzar la voz, callar
para no otorgar, manifestarse con la boca cerrada. Quizás sea la única manera de
que nos pregunten por qué protestamos.
4 comentarios:
Hace ya tiempo que opino que el modo actual de protesta está completamente obsoleto. Las huelgas normalmente sólo sirven para que el pagador se ahorre un buen dinero y para que el usuario acabe hasta los güebos del huelguista.
Sí; hemos de buscar otra pacífica forma de protestar, pero lo del silencio me parece demasiado ligth.
Hasta ahora sólo he visto tremendas ingenuidades.
Pero hay que seguir buscando.
Estoy de acuerdo con el señor Congrio; item más, hay algunos cánticos "sindicales" cuyas rimas son ripios inverosímiles, dignos de que a su creador lo metan en la cárcel.
Ahora, lo del silencio no sé. En Japón por ejemplo quizá sea un buen recurso, por su idiosincrasia tan especial. Pero aquí...
@ Luis Congrio:
Lo de tomar plazas y espacios urbanos es una buena manera, y se puede hacer a gritos o en silencio.
@ Paseante:
Había que hacer una antología de esos ripios. Supongo que los liberados sindicales no lo son por sus dotes líricas precisamente.
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