Si hay algo que está de moda, eso son la redes
sociales. Todo aquel que quiera ser alguien tiene que estar dado de alta en
alguna, y si es en todas mejor. Una nueva forma de comunicación ha llegado para
quedarse. Ya no hace falta el contacto personal, con acceder a un espacio web
donde te dicen cómo eres basta. Los colegas van pasando por allí y van
comentando lo que les parece. El problema puede aparecer cuando aparte de tus
amigos de verdad invitas a todo quisque. Suele darse que los individuos con
menos roce con sus semejantes disponen de miles de amigos en Facebook y que
frikis hace tiempo expulsados del cuerpo social dan cédulas de ciudadanía en el
espacio virtual. Y si a esto sumamos que hay países en los que lo de socializar
lo tienen difícil, pasa lo que pasa.
Según un reciente estudio, tres de cada cuatro
fotos de Facebook en Inglaterra son etiquetadas como "borrachos". No
sabemos si es la mala leche de los supuestos amigos, o que la proverbial
timidez de los isleños solo les permite relacionarse cuando van a cuatro patas.
Tradicionalmente, los ingleses han pasado más
tiempo en el pub que en el job. Una de las fases de la cogorza, la exaltación
de la amistad, parece que es la elegida para inmortalizarse en las redes
sociales. Ya se sabe, toca la campana en el bar, te metes tres pintas a la
carrera y sales cantando el god save the queen. Luego, algún listillo, a lo
tonto, con un teléfono inteligente te saca una foto mientras intentas follarte
a una farola, y antes de que llegues a casa ya se ha enterado toda la
Commonwealth de la tajada que llevabas.
Muchos que se preguntaban para qué sirven las
redes sociales aquí tienen la respuesta: retratan una sociedad. Y en el caso de
la inglesa, lo que pasa es que la sociedad está borracha, está borracha, está
borracha, lo que tampoco nos ha pillado por sorpresa.
8 comentarios:
Bueno, yo creo que eso es un poco universal. Lo que pasa es que la chavalería solo sube al Facebook y otras redes sociales fotos de fiestas y borracheras. Nadie sube una foto de uno mismo desayunando cereales con leche. Y bueno, coincido contigo en el poco afecto que siento por las redes sociales.
Esa es la utilidad principal de las redes sociales, al parecer: publicar las fotos de la última juerga. Qué pequeño se está volviendo todo.
Soy un dinosaurio.
Últimamente hi encontrao unos bares a los que voy sin haber quedado con nadie. Alguien aparecerá. Como hace treinta años.
¿Para qué quiero las redes sociales?
Paraná.
Espero que no me hagan fotos...
@ Raul:
Tienes razón. Sales un sábado noche y aquello es una competición a ver quién es el que sube la foto más cenutria.
@ paseante:
El peligro es que esas fotos las puede ver cualquiera: tu jefe, tu vecino, la suegra. O peor, que solo pasabas por allí y como efecto colateral acabes tú también inmortalizado en la foto de alguno sin comerlo ni beberlo.
@ Luis C:
Pues muy mal. Primero hay que organizar una quedada, o crear un evento, con día, hora y lugar, publicarlo urbi et orbe, a ser posible con indicaciones GPS pa que no se pierda la peña, y una lista de precios del bar para hacer un foro de debate. Con todo eso estarás tan entretenido que seguro que se te olvida bajar al bar.
Hermoso ensayo sobre la entrañable ciudadanía angloparlante british, siempre a punto para ingerir un hectolitro de pinta o intentar agredir a un extranjero.
Por cierto, lo de la farola puedo explicarlo. Me pareció que me había guiñado un farol y yo, me dejé llevar.
Amancebarse con una farola tiene sentido si apelamos a la coartada de la penumbra nocturna, señor juez.
Frotes cariñosos para ud.
@ Poyatos
Pensaba que esas cosas eran propias de abrazafarolas, pero ya veo que también le tiran a usted las lúbricas luces nocturnas. A no ser que vaya de farol.
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