Adelé Blanc-Sec por Tardy
Adelé Blanc-Sec es una de
nuestras heroínas preferidas. Si tienen algún pterodáctilo revoloteando por su
barrio, o algún hombre de la edad de piedra redivivo se les cruza por la acera
con aviesas intenciones, no duden en llamar a Adelé para poner las cosas en su
sitio. Nuestra chica lo mismo brega con sectas que operan en las cloacas de
Paris que con los inspectores inútiles de la Surité. Pero si hay una misión en
la que ha demostrado su valor y arrojo es en la que hoy se encuentra, la visita
al dentista. En lances como estos es donde se forja la personalidad. En primera línea, a boca abierta y sin poder
defenderse, agarrándose a la silla para no salir huyendo a partirle la cabeza a la sádica de las tenazas y el torno.
5 comentarios:
Dios, no me lo recuerdes...
Esa es la constatación de que la tortura sigue practicándose, y aún encima pagando.
Solo con entrar en la sala, ver el sillón y los instrumentos ya se acojona uno. Más de una vez me he preguntado qué tipo de personas son las que estudian esa carrera: sádicos, no hay duda.
Nunca había oído hablar de ella. Parece que es muy famosa en Francia y hasta tiene una película. Habrá que enterarse un poco más.
Sí, tiene razón el señor Paseante. Hay profesiones, como inspector de hacienda, proctólogo o dentista, que sólo se explican por alguna tara mental.
@ Paseante
Y si ademas es feo como el mío, piensas que es la única manera de que tenga unos labios cerca.
@ Paseante
Y si ademas es feo como el mío, piensas que es la única manera de que tenga unos labios cerca.
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