Negro es negro por Edika |
Desde que la alta velocidad campa
por las vías férreas el viaje en tren ha perdido parte de su encanto. Escenas
como ésta en que hombres y mujeres (y ocasionalmente algún semoviente) de
procedencia dispar y fines a veces divergentes, por unas horas compartían
estación de destino mientras intercambiaban viandas y miradas, hablaban de la
aurora boreal o de la hija de don Juan Alba que quiere meterse monja, han dado
paso al aséptico acarreo de personas. Porque hoy ya no se viaja en tren, se ha
convertido en un triste y anónimo viaje
en metro, pero superficial.
2 comentarios:
Y bien que lo echo de menos. Gran parte de mis viajes a lo largo y ancho del país fueron en tren, y tiene usted toda la razón: la última vez subí en el AVE de Madrid a Zaragoza y ya no es lo mismo.
Muy aséptico todo. Hasta los que viajan en él.
@ Rick
menos los precios, que son de lujuria
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