La cucaracha
es el ser vivo por antonomasia. Humilde, hacendosa, discreta, lleva 300
millones de años a lo suyo, indiferente a cataclismos, glaciaciones,
estinciones y demás vaivenes geológicos o biológicos. Habitante de la
oscuridad, señora de la suciedad, gracias a ella la mugre se siente acompañada,
las grietas bullen de vida, por las rendijas fluye el río vital de su lento laborar.
Mientras nosotros, recién llegados a la escuela de la vida, las miramos por
encima del hombro pensando que sus antenas a ras de suelo nunca nos harán
sombra, ellas siguen revolcándose entre la basura que con tanta liberalidad les proporcionamos.
Pero ahora van
a dar un gran paso en la escala evolutiva, van a fusionar su organismo a
pruebas de bombas H con la última tecnología. Científicos
de North Carolina State University han colocado unos implantes biónicos a estos
incombustibles insectos gracias a los cuales pueden dirigirlos por control remoto.
Con solo tres electrodos, uno conectado al abdomen y otro a cada antena, estos
visionarios hombres de ciencia consiguen que vayan a donde se les antoje.
Se pensarán
que para qué carajo sirve teledirigir cucarachas. Para fardar con los colegas,
para darle un susto a alguna ñoña hipersensible y poco más. Pero aquí las
grandes beneficiadas son las reinas de las basuras. El hombre no es más que la
mano del destino, un actor necesario pero involuntario en el gran diseño de la
evolución en el que ellas acabarán en la cúspide. Ahora que van a empezar a
fusionarse con las máquinas no habrá fuerza que las detenga. Profetizamos que
su ascenso será irresistible, que colonizarán hasta el último confín del
planeta, serán más numerosas que las arenas del mar y su reino no tendrá fin.
Nosotros no somos más que unos arrogantes simios venidos a más, un accidente de
la evolución, donde ellas son corredoras de fondo. Escrito queda, las
cibercucuarachas heredarán la tierra.
2 comentarios:
Pues no les arriendo la ganancia, qué quiere que le diga: al final repetirán las mismas chorradas que los humanos.
Imagínese: cucarachas del PP, del PSOE, nacionalistas...
Con lo a gusto que estaban hasta ahora, a lo suyo, sin complicarse la vida. Pobres: otras víctimas de la sociedad de consumo.
@ Rick
En el fondo a quien imitan es a Belén Esteban. Si ella puede recauchutarse cada seis meses, más razón tiene nuestras amigas que llevan millones de años con las mismas pintas.
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