La casa blanca ha emitido un comunicado informando que no
van a construir una estrella de la muerte. Podemos respirar aliviados, la
administración Obama no contempla la destrucción a nivel planetario, por ahora
se conforman con ir país por país. La principal razón para no poner en órbita
el arma definitiva es de carácter económico: saldría por unos 852.000 billones
de dólares, algo así como trece mil veces el PIB de toda la tierra (hace unos
años hicieron un presupuesto más apañado pero no por ello menos estratosférico)
La insensible burocracia, solo atenta a las columnas del debe y el haber,
vuelve a echar por tierra otro de esos proyectos llamados a marcar una época.
Lo que contamos es una respuesta dada por Paul Schawcross,
jefe de la sección científica y espacial de la oficina de control
presupuestario de la casa blanca a la petición de treinta y cinco mil personas
para montar el satélite de mal agüero con el que el imperio imponía su ley en
La Guerra de las Galaxias. Alegaban los frikis que con este proyecto faraónico
se estimularía el empleo y la seguridad nacional. No se han quedado callados
tras la negativa, que en un chusco comunicado firmado nada menos que por el
departamento de relaciones públicas del imperio echan en cara a Obama y a sus
asesores que se escuden en la responsabilidad fiscal para no poner manos a la
obra. También reconocen que con un juguete bélico de ese calibre en manos de un
país con el gatillo fácil como USA iban a ser más peligrosos que si todo el
lado oscuro de la fuerza se hiciera del
Atlético de Madrid.
La estrella de la muerte siempre ha sido el santo grial de
la subdivisión friki de los fanáticos de Star Wars, pero sus pretensiones en
estos años de vacas flacas se nos antojan desmedidas. Podían conformarse con un
Halcón Milenario, o cambiando de tercio, una Nostromo, que bien valen para
darse unas vueltas por el sistema solar. Y crucemos los dedos que no vengan los
trekis con que ellos quieren una Enterprise, que tiene pinta de valer un
pastizal. Como suele ocurrir en estos casos, cuando los frikis abandonan sus universos de palomitas de maíz y
luces catódicas acaban por estrellarse
contra la realidad, terca ella.
2 comentarios:
En su época decían las malas lenguas que ese proyecto era simplemente un plan de los Bush para hacer más ricos a sus amigos de las fábricas de armas. Pero claro, se pasaron tanto con el presupuesto que no coló.
Y menos mal: me dan mucho más miedo ese tipo de frikis del dólar que los de los marcianos. Aunque estoy seguro de que muchos de esos supuestos fans están pagados por los amigos de Bush, lo mismo que los combativos muchachos de la Asociación Nacional del Rifle.
@ Rick:
no me extrañaría que tras todo esto estuviera la asociación nacional de amigos del sable láser, que visto que a nivel terrestre ya no se pueden colocar más armas, quieran pasar a otro nivel.
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