La peor banda del mundo de José Carlos Fernandes |
Los minutos y las horas no vividas pero
que son pasado, arrumbados en cajones apenas entreabiertos, protegidos por
ajados calendarios donde se pauta el paso de los días en su camino inexorable
hacia el abismo, destilan una silente melodía que llena los oídos de notas
vacías y que nos narcotizan para que el oficio de vivir sea tolerable. El
sonsonete del olvido de momentos ardidos sin orden ni cuartel es el espectro
que camina a nuestro lado mientras acecha para convertirnos en estatua de sal.
2 comentarios:
Lo dicho: seguimos en plan existencialista. Su reflexión es muy buena, además de expresarla con un punto lírico realmente admirable. Pero... no estoy acostumbrado a leerlo a usted con ese tono tan nostálgico, tan... sombrío.
Bueno. Será el invierno. A ver si con la llegada de la primavera cambiamos de cara.
@ Rick
es este invierno, que es especialmente duro, y no lo digo por el clima.
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