Entre
sobres y confetis en el PP están a punto de perder los papeles. Quien pensara
que la derecha era ágrafa ya se puede desdecir ante lo pulcro de sus
anotaciones, sean en A o en B. Los ladrones, morosos y timadores de 13 rue del
Percebe palidecen de envidia ante los de 13 calle Génova, por donde pasaban los
sultanes del ladrillo para obtener licencias hasta para alicatar Sierra Morena.
El capo de todo esto, Bárcenas, distribuía sobres bien repletos de billetes que
luego se les olvidaba declarar pues los altos destinos de la patria eran su
única preocupación. Además, para qué se va a declarar un dinero ensobrado
cuando hacienda va sobrada con lo que
recauda a los curritos.
Por
otro lado, Ana Mato, puesta para asesinar a la sanidad pública, en la intimidad
es un alma trémula que si bien no habla catalán sí se conmueve con las cosas
sencillas de la vida, como cuando cada mañana ve como visten a sus hijos. Toda
una madraza la ministra, que no duda en gastarse 4600 euros en confetis para el
cumple de su churumbel. Miedo da preguntar lo que costó la tarta, pero es
igual, que la factura la pagamos los de siempre. Todo sea por hacer feliz a un
niño.
Vaya
país y vaya paisanaje: caciques que tocan el trombón, duques empalmados, reyes
de gatillo fácil, ministros que comen yogures caducados, alcaldesas y lideresas
de armas, y dineros, tomar, y políticos que no sueltan la poltrona ni con
aceite hirviendo. El ibérico solar no es más que una extensión del patio de
Monipodio. En el régimen anterior éramos la reserva espiritual de occidente,
hoy lo seguimos siendo. En ningún sitio se tiene tanta manga ancha con los
mangantes, en ningún lugar los dirigentes se les indigestan tanto a la
población, no hay país en que den sopas con hondas al pueblo soberano como por
aquí.
Los
hombres son de Marte, las mujeres de Venus, y los políticos de Plutón como muy
cerca, que desde semejante distancia miran como nos revolcamos en el infierno
que ellos mismos han creado.
2 comentarios:
Sí, la verdad es que Quevedo o Valle Inclán se pondrían las botas... si no los sobornases a ellos también, claro. Porque esto ya parece una epidemia: no se salva ni Dios.
De todos modos, es de esperar que con la bronca que hay montada a partir de ahora roben un poco menos; o que suavicen las formas, la chuleria. Porque la gente, esta vez sí, está muy cabreada.
@ Rick:
Sí, venimos de la España negra para caer en la España empeñada. Y la casta política a lo suyo, al trinque, sea de una manera o de la otra.
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