La barca de San Pedro parece que hace aguas y hasta el
timonel salta por la borda. El pastor alemán designado por la providencia
divina para llevar a la grey católica por la senda de la verdad ha pegado la
espantá, quedando la susodicha providencia con el culo al aire y a la grey con
la boca abierta. Lo nunca visto, un papa dimitiendo, ya ni en la santa sede hay
seriedad.
Se barajan muchas causas para tan trascendental decisión que
ha dejado al borde de la apoplejía al coro de beatas y la legión de meapilas
que le hacían la ola en la tradicional audiencia de los miércoles. Unos apuntan
tanto a las trapisondas y corruptelas de los pasillos vaticanos como a lo del indiscreto secretario que rompió el
voto de silencio cartujo, a los pederastas a pies juntillas que pueblan los
confesionarios, a su maltrecho corazón. Desde Repámpanos estamos en situación
de afirmar, gracias a fuentes generalmente bien informadas, que el potente
lobby de las asociaciones belenísticas ha sido el que ha hecho tambalearse la
cátedra de San Pedro. El duro golpe infringido por Ratzinger a uno de los
pilares básicos del belén tradicional, al negar su sitio al pobre buey y a la
pobre mula que franqueaban al niño que ha nacido ya, ha sido lo que ha
precipitado su caída.
Ya saben, preparen sus currículos que el puesto de obispo de
Roma está libre. Requisitos: tener licencia para repartir hostias, hablar en
plural, citar mucho la biblia aunque no venga al caso, saber saludar en muchos
idiomas, escribir truños en latín, y hablar mucho del amor, entelequia con la
que arreglan cualquier problema. Se valorará tener buena percha, que hace falta
garbo para cargar con el guardarropa papal.
Pero mucho nos tememos que el puesto está pillado, así que
tampoco se amarguen si la blanca paloma no les da el visto bueno. Como con las
quinielas futbolísticas nunca hemos pasado de los cinco aciertos, vamos a jugar
a las quinielas vaticanas. Y lo vamos a hacer a lo seguro, apostando por Rouco
Varela. El profundo estudio que hemos llevado a cabo de obras de saber
hermético como las Centurias de Nostradamus y el Apocalipsis con grelos nos llevan
a la certeza de que el anticristo está al llegar, y que será gallego. Así que nuestro
entrañable Rouco tiene todas las papeletas para llevarse la fumata blanca.
Imagínense al espíritu santo cuando se cruce al papa por las escaleras de las estancias
vaticanas y no sepa si sube o si baja, o la ambigüedad galaica traducida a
veinte idiomas en sus discursos pastorales. Además, sabemos de buena tinta que
ya tiene las notas de lo que sería su primera encíclica, El pulpo a feira y las
virtudes teologales, llamada a remover conciencias (y algún que otro estómago).
Va a ser un sindios, por lo que Benedicto ha dicho pies para
qué os quiero, y no va a parar hasta ponerse en manos de las monjitas, esas
chachas con hábito, que seguro le atenderán como merece. Lejos quedarán el
mundanal ruido, las tournes continentales, las misas de masas, los rosarios y vía
crucis retrasmitidos urbi et orbe, que sic transit gloria mundi.
2 comentarios:
Sí, lo que parece es que el pobre pastor alemán no ha podido con los lobos con piel de cordero que pululan por el edificio y demás lugares adyacentes. Y como últimamente resulta que para estar al frente del negociado hay que tener buen fondo físico para aguantar un viaje tras otro, pues claro.
Esto del fondo físico creo que deberían tomárselo en serio: que fichen a Mouriño para tener a la grey en forma.
Ahora, lo del gallego no creo que salga adelante: seguro que nombran a uno de esos italianos mafiosos que le ha estado haciendo la cama al otro. No sé, me da por ahí. Aunque creo, efectivamente, que Rouco, con toda su retranca, sabría lidiar muy bien al personal.
Bueno, ya veremos. Los caminos de estos señores son inexcrutables, como usted sabe, así que... se admiten apuestas.
@ Rick
Desde luego, después de un polaco y un alemán los italianos van a remover Roma con Santiago para poner a uno de los suyos.
Publicar un comentario