Tras
la airada respuesta del filósofo naturalista, las damas de la adoración
nocturna en bloque abandonaron sus asientos y se dispusieron a dejar el casino
con gesto ofendido ante las herejías allí vertidas, no sin antes advertir al
señor alcalde lo vergonzoso que era que con el dinero de las arcas públicas se
subvencionaran semejantes majaderías. A don Pancracio, hombre práctico ante
todo, le traía sin cuidado si la humanidad había bajado de un árbol o de una
parra, pero que la gente de orden se le sulfurara y viniera a quejar por las teorías
que Cirilo había oído por esos mundos de dios le parecía peor. Además, de la
humanidad no le constaba, pero los de Valdenabo, la siempre vil, era bastante
posible que descendieran de algún piojoso chimpancé.
El
auditorio estaba dividido entre los que juzgaban increíbles las propuestas
evolutivas, los que apuntalaban los principios de la fe armados con rosarios y
estampitas, los que no se enteraban de nada y los pocos que hacían piña con el
conferenciante y la modernidad que tanto tardaba en llegar a Ventorrillo. Entre
tanto, el páramo se vio barrido por fuertes rachas del yermo cierzo que
estremeció el paisaje desolado del invierno.
Jirones de viento helado se colaron por los recovecos y galerías sobre
las que se asienta Ventorrillo, haciendo vibrar el gran órgano natural que es
el dédalo de cuevas. Esa música, que desde tiempo inmemorial había condicionado
a los habitantes del pueblo, sutilmente se dejó oír por los salones del casino
donde se libraba la batalla entre tradición y modernidad.
De
repente, sobre todas las voces que mandaban callar a Cirilo, jaleaban al cura o
pedían la intervención del señor alcalde, se impuso la de Aniceto Parco, otro
de los referentes culturales de la comarca. Su figura juncal, perfil de torero
de salón, ademanes ampulosos y su mirada cortante se hicieron hueco entre el
barullo imperante.
—Desde
luego, nuestro eminente convecino hubiera excusado la tournée por media Europa
que ha hecho a nuestra costa para venir aquí con esas noticias que en los más
prestigiosos círculos académicos e intelectuales llevan mucho tiempo
desacreditadas. Pero claro, igual el tiempo que debería haber dedicado al
estudio y a la investigación lo invirtió en confraternizar con la fauna local,
sobre todo en su rama femenina, y no tuvo tiempo de informarse de los últimos
avances científicos. —El grupito de seguidores del historiador local dejó caer
por lo bajo piropos tales como sátiro y
mujeriego a la vez que alguna dama demasiado sensible intentaba hacer como que
no oía palabras tan escabrosas.
9 comentarios:
Creo que ya te lo dije en la primera parte, sino recuerdo mal. Esto lo suyo es que acabe a hostias, y no de las de Cristo.
Abrazo Chafardero.
Al final es lo de siempre: cuando no hay argumentos para rebatir, se descalifica aludiendo a los comportamientos personales. Esto me está sonando esto..
@ Rafa:
acertarte, que por estos lares las diferencias se resuelven a base de sopapos.
@ Rick:
en realidad lo que hay son diferencias personales, o mejor dicho envidia, lo de menos son los argumentos.
Me acabo de leer los tres textos de Evolución con sumo gusto y yo que soy de buscar antecedentes no dejo de recordar viejos Films que participan de ese espíritu de casino y fuerzas vivas. Berlanga, Cuerda Don Camilo y una película de Luis Alcoriza justamente llamada Las fuerzas vivas sobre liberales y conservadores.
Nada de ello va en desdoro de su atractiva historia, chafardeante chatarrero y así quiero hacerlo constar ipso factores.
Saludos cordiales.
Perdón por la trastada de mi tablet cambiando chafardero por un insólito chatarrero.
Uyy!! Esto acabará mal que lo veo venir, aquí hay muchos rencores acumulados que salen por todas las fisuras incluidas las teorías "científicas". El reñidero ibérico es así de granado siempre.
Salud-os!!
@ Dr. Krapp:
nada más lejos de mi intención que ser original en temas como éste, que lo carpetovetónico es enemigo de la imaginación.
Saludos chatarreros.
@ U-Topia:
Si, aquí también usan la cabeza para envestir
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