Ya sabrán que estamos sin gobierno, algo que muchos
gobernados agradecemos, pero que a otros llena de incertidumbres. Los partidos llevan meses
intentando llenar el vacío de poder con nulos resultados. Que si te juntas con
aquel a mí ni me mires, que si está en juego el gobierno del cambio, del
recambio o el del pie cambiado, que si Rajoy se ha sentado a esperar a que los
demás se aburran, que si Iglesias se corta la coleta antes de liarse con el
pijo de Ciudadanos. Vamos, que unos por otros, la casa sin barrer.
En Repámpanos somos conscientes de ser un medio de referencia
en el devenir institucional, por lo que echamos mano de toda nuestra
credibilidad e independencia para proponer una gran entente que deje de lado
los intereses partidistas y todos a una acudir al rescate de la patria. Esta
gran coalición de partidos estaría encabezada por un personaje independiente,
aunque de contrastada capacidad de liderazgo, referente natural que sepa navegar
en los procelosos mares del porvenir. Pasamos a enumerar unos cuantos nombres a
los que tan altas responsabilidades les vendrían como anillo al dedo.
Sergio Ramos: zaguero hípster al que todavía se le adivina
el pelo de la dehesa, baluarte defensivo en el campo y referente para el gañán
medio. Ha españoleado por los cinco continentes, sería líder nato de un
gabinete neoliberal salvaje mientras la peña babea con su piba.
Sánchez Dragó: el mayor conocedor de la España mágica se
haría con las riendas del ejecutivo para conseguir el segundo milagro español,
a saber, mandarnos del primer al tercer mundo, eso sí, sin perder nuestra
ancestral idiosincrasia.
Pablo Alborán: la última reencarnación del cantante babosón
que hace las delicias de media población. Es capaz de administrar recortes
presupuestarios sin vaselina y que los afectados le hagan la ola.
Florentino Pérez: después de años ordeñando las ubres del
estado sería el momento de hacer lo mismo, pero desde el otro lado. Por fin
España se gobernaría desde el despacho del Real Madrid, sublime cristalización
de los valores imperiales que atesora nuestra raza.
Bertín Osborne: trabajador incansable, hecho a sí mismo,
personaje todoterreno que lo mismo te monta una sociedad en Panamá que te canta
una ranchera en el consejo de ministros. Con su carácter campechano la recuperación
económica no tendría más remedio que rendirse a sus encantos.
Angela Merkel: la que realmente lleva años gobernando en la
sombra, que salga a la luz y haga uso de su mano dura. Aquí lo que se necesita
es una alemana cabeza cuadrada para gobernar a estos latinos de huevos
cuadrados.
6 comentarios:
Que conste que lo de encabezar las listas un independiente (a veces tan surrealista como los que mencionas) ya está experimentado en Cataluña. Se puso de moda el invento de los independientes que no lo son claro.
Tu lista de candidatos me genera una gran incertidumbre, son tan interesantes que no sabría por cuál decidirme, así que me voy al rincón a meditar y te cuento otro día.
Si valoramos a los candidatos por su grado de efectividad, no hay duda de que la señora Merkel le da sopas con honda a los demás candidatos, que no tienen su entidad marmórea ni su agenda de teléfonos mundiales. Pero deberíamos apostar por un producto del país, y yo creo que el gran Bertín reune en sí mismo todas las acendradas virtudes del español medio. Vaya por él mi voto.
Voto por Bertín como Rick, ya que representa como ninguno la recia reciedumbre y el saber estar del varón español sobrao y con dinero a espuertas.
Con Bertin. Un hombre liberado de complejos y amante del vino, la chirigota y los piropos a las mujeres.
Con Bertín volveremos a ser la España Imperial y por lo tanto, gloria y tronío del mundo entero.
Con Bertín volveremos a beber coñac Veterano y comeremos hasta reventar jamón ibérico de bellota.
Con Bertin. Truhan, señor y sin mariconadas.
Con Bertín. El Gran cuñado de todos los españoles de ley que no se dejan domesticar.
@ U-Topia:
pues no le des muchas vueltas que parece que tendremos que votar de nuevo. Como siempre, nosotros sacándoles las castañas del fuego.
@ Rick:
sí que da el tipo en lo de ciudadano medio, excepto en la cantidad de señoras-señoritas que se ha trajinado.
@ Krapp:
Desde luego, aquí nos merecemos más un Gran Cuñado que un Gran Hermano. Eso sí, yo no aguanto unas navidades con un tipo así.
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