Estaba claro
que tras el nobel de Dylan a algún rock star le iba a entrar un ataque de
celos, que hay mucho ego suelto en el gremio. Bono es otro de esos artistas
absolutos, su arte se derrama sobre la abrumada humanidad desde hace décadas, y
aunque vive en olor de santidad y adulado ab nauseam, al chaval le sigue
gustando que lo quieran. Es lógico que se sintiera inquieto ante la subida al
parnaso de Dylan, pero ha venido en su ayuda la corte de jurados de premios,
que últimamente no hilan muy fino. En una pirueta que ha dejado perplejo a
medio mundo, la revista Glamour ha incluido en su lista de mujeres del año a
Bono. Y no, no es que el cantante de U2 se haya puesto tetas y zapatos de
tacón, o que meta horas extras en plan travesti en algún tugurio de Dublín. La
razón que aducen las glamurosas responsables de la revista es el compromiso de
Bono con los derechos de las mujeres. Lástima que la lista sea de mujeres. El
galardón se lo llevó Emily Doe, víctima de una violación en Stanford, pero Bono
iba en la lista dando la nota, para variar.
Seguro que
el reconocimiento es de recibo para nuestro líder global, fácil que lo atribuya
al advenimiento de una nueva era en que las limitaciones como las de género no
sean óbice para hacer llegar su mensaje de paz y buen rollito a los cuatro
puntos cardinales, con el consiguiente aumento de la recaudación.
Tal como
está el patio ya nos esperamos cualquier cosa en la lotería de los premios.
Están buscando apoyos para conceder el Príncipe de Asturias de las Letras a
Yosi de Los Suaves, otra cosa es que saque tiempo para recogerlo entre
borrachera y borrachera. Cualquier día le conceden un par de estrellas michelín
a McDonald por sus innovadores Happy Meal. La recopilación de discursos de
investidura de Rajoy suena fuerte este año para el Nadal, y puede que Susana
Díaz se lleve el galardón al emprendedor del año. Mientras tanto, si ser
mujer del año hace callar a Bono, bienvenido sea el premio.
8 comentarios:
Muy buena entrada, me has dejado "pasmao" con lo de los premios. A la de Sevilla le tenían que dar otro, pero por avasalladora y tirana.
Abrazo.
Mira que le tengo manía a este fulano...
Recordarás que la saga de los "músicos concienciados" la comenzó Bob Geldof, el de los Boomtown Rats, hace más de treinta años, y ya por entonces los británicos lo tomaban de coña: San Bob Geldof, decían. Gracias a todas esas organizaciones tan molonas que fundó, consigue seguir viviendo del cuento. Otra cosa son las críticas que recibe por sus frecuentes "decisiones estratégicas erróneas", un eufemismo para decir que hace lo que a él le conviene.
San Bono es ligeramente distinto: tiene dinero suficiente como para no tener que vivir del cuento, pero por alguna extraña razón (¿complejo de culpa por algo?) comenzó a la sombra de Geldof y ahora es un apóstol más. Sus estrategias han sido consideradas más de una vez como contraproducentes, fruto de la ignorancia y el narcisismo, pero él sigue adelante iluminando a la Humanidad.
En fin, mejor eso que militar en la extrema derecha o cosas por el estilo, supongo.
Lo premios no son nada pero si la alternativa a Bono es Trump prefiero a Bono, si no es así prefiero ignorarlo. Como el mundo es una mierda a veces solo nos queda el consuelo del mal menor.
Escapemos de la falsa santidad por hipócrita pero no permitamos a cambio que los canallas nos chuleen o directamente nos jodan.
La pena de estas "estrellas" es lo envanecidos que envejecen... me resultan bastante insoportables la verdad. Lo de la lista es la penúltima estupidez de mentes "brillantes" que proliferan como las setas.
La concesión de estos premios suel ser fuente de sonoras carcajadas (el de la paz se las trae).
@ Rafa:
Esa terminará presidiendo el Betis, con suerte.
@ Rick:
creo que en parte es narcisismo y en parte aprovecha el poder que se le concede, el de ser no solo un músico sino un lider espiritual-social o lo que sea.
@ Krapp:
Desde luego, es menos peligroso que Trump, al que no vale solo con ningunearle.
@ U-Topia:
Ahí tienes al Nobel de la paz de Obama, que lleva unos cuantos bombardeos en su pacífico mandato.
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