Las
entrañables fiestas que se nos echan encima cuentan entre sus rancias
tradiciones con la de montar belenes, afición que es a los católicos
como las maquetas de trenes a los frikis. Este acartonado mundo suele
ser de sota, caballo y rey, o sea, María, José y el niño; los coros celestiales y pastorcillos haciendo bulto ya depende del presupuesto de cada uno. Pero siempre hay espacio para la innovación, como los de la tienda Non sit peccatum de Talavera de la Reina. Esa localidad es famosa por su cerámica abigarrada, platos y jarrones que epatan
con su barroquismo trasnochado desde los viejos aparadores. Pero el
citado negocio es una parafarmacia erótica que comercializa el famoso
Lancero de Talavera, que no es otra cosa que un consolador de cerámica
de ley con el que darle gusto a su distinguida clientela. El dildo
ha sido diseñado por el escultor Ernesto Yáñez y parece que fue un
éxito de crítica y público, que la creación de objetos que alegran la
vida siempre ha estado bien visto. Pero este año a los de Non sit peccatum se les ha ocurrido montar un escaparate en el que los artísticos dildos simulan
a la sagrada familia, y se montó el belén. Una agrupación que se hace
llamar Los hijos de María les está haciendo la vida imposible. Varios
iluminados han ido al local a rezar a grito pelado contra el supuesto sacrilegio y hasta han tachado con espray el rótulo del negocio.
Se
da la casualidad de que el año anterior también montaron el mismo
escaparate, pero parece que la virgen no estuvo diligente en avisar
a sus acólitos. Los dueños del local están haciendo una encuesta entre
sus clientes en las redes sociales para saber si quieren que retiren el
belén de la discordia. Porque ya se imaginarán que ninguno de los que se
pone a rezar en la puerta del establecimiento es cliente suyo. Y ahí radica el problema, que si estos hijos de María tuvieran un buen dildo
entre manos en vez de tanto rosario verían el mundo mucho mejor y
dejarían de amargarse la vida propia y la ajena. Rezaremos para que vean
la luz.
7 comentarios:
La cohorte de meapilas en acción. Lo del respeto a la libertad de expresión no entra dentro de sus planteamientos monjiles, claro. Y como este país les sigue dando cancha y soltando la cuerda para que se metan donde nadie les llama pues ya está el belén montado.
Hoy pensaba en esos políticos de izquierda catalanes (y hasta dicen que de extrema izquierda) que van a ir a trabajar mañana pero harán fiesta el día de la purísima. ¿Qué quieres que te diga? No me fío de alguien que puestos a cuestionar los días de fiesta no se mete con los religiosos que son el 98% de las fiestas de este país.
Ay Señor, a qué extremos de degeneración estamos llegando...
Pero ahora en serio: los creyentes tienen la fea costumbre de divinizar no solo al objeto de su creencia, sino también a la creencia misma. Y por lo tanto, los no creyentes somos doblemente perniciosos. Puedo entender que exijan respeto a su creencia, y ese respeto se sustancia, entre otras cosas, en ir a una iglesia y respetar sus códigos de conducta (en ese sentido, tienen toda la razón: si no quieres aceptarlos, no entres). Pero hasta ahí.
Creo que es atrevido por tu parte decir que los tales Hijos de María siendo hijos, siendo tantos y siendo, me atrevería a decir banda organizada, sean vástagos de una virgen.
¿No serán quizás indignados ciudadanos con dotes de videntes y preocupados por los efectos antifecundatorios que esos singulares armatostes pueden provocar en una población de tan lánguida demografía.
?
@ U-Topía:
Será que no quieren enemistarse con el estado y el clero a la vez. O que se les hace muy duro currar dos fiestas seguidas. O que están empanados, que será los más fácil.
@ Rick:
Sí, ellos tienen derecho en nombre de su dios a llevarse por delante, si pudieran, todo aquello que mancilla su sacrosanta fe. Pero los demás ni rechistar podemos.
@ Doctor Krapp:
pudiera ser, que desde que son de uso común esos artefactos, se peca más y sin propósito de enmienda.
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