Si algo le
gusta al estado es reglamentar todo lo que se pueda y más, no sea que al
ciudadano se le ocurra tomar decisiones por su cuenta y riesgo y tengamos un
problema. Unos de los pocos espacios de libertad de los que gozaba la gente de
ideas claras eran las peleas entre aficionados futboleros. Ya saben, esas
desinteresadas batallas campales en las que los más fogosos seguidores se
enzarzan por el simple amor a los colores de su equipo. En otras épocas la
gente iba a la guerra por su dios, su patria o de mala gana. Hoy lo hacen por
amor al arte, por defender la preeminencia de su equipo, y son capaces de
llevarse por delante a cualquiera que diga que su defensa central es un
sicópata sin medicar o que el delantero centro que costó veinte kilos se cae
más en el área que un borracho por las escaleras.
Como por lo
visto estas gestas a veces pillan a contrapié a la autoridad gubernativa, un
diputado ruso ha propuesto convertir esos encontronazos en un deporte en sí
mismo. El avispado Igor Lebedev quiere montar equipos de veinte camorristas
profesionales, en principio desarmados, que representen a sus respectivas
hinchadas, y que se partan la cara para abrir boca antes de cada partido.
Nosotros
pensamos que un hooligan que se precie no se dejará alienar por semejante
propuesta, que sus niveles de testosterona le mantendrán al margen de los
intentos de manipulación del poder. Además, corremos el riesgo de que el nuevo
juego tuviera más seguidores que la tontería de meter la pelotita en la
portería. Al final los campos de fútbol acabarían siendo como el Coliseo
romano, con miles de gargantas sedientas de sangre. Aunque en el fondo es lo
que les pide el cuerpo.
8 comentarios:
Soy un futbolero de pro desde mi más tierna infancia y una de las cosas que descubrí cuando tenía cinco años e iba al fútbol con mi padre, es que luego de esa larga sesión de pasiones, broncas verbales y emociones desde la grada, la gente salia del campo a la calle como muy aliviada y tranquila, como cuando supera el estreñimiento. Dudo que en las guerras pase igual por eso si tengo que elegir, elijo el fútbol.
Es cierto que las guerras entre forofos son tremendas pero no lo acabo de ver como deporte, porque sería convertir el medio en finalidad sin una causa futbolera detrás, y por lo tanto la gente no se animaría de igual manera.
Lo bueno del fútbol es que puede ser tan hechizante como abyecto sin perder su singularidad particular.
La vida está llena de deportes absurdos, no se crea. Piense si no en aquellos que corren semi-agachados con un palo en la mano golpeando a una diminuta pelota, los que corren intentando meter una pelota en un cesto, o peor aún, aquellos que se suben a una bicicleta para recorrer 200 kilómetros para que, cuando están llegando a la meta, venga un hooligan descerebrado y le tire de la bicicleta.
La lista de deportes absurdos sería interminable. Tan larga como la lista de motivos absurdos para generar una batalla. Incluso la música generó batallas absurdas entre rockeros y punkys...
Saludos.
Parece que algunos deportes de competición se han convertido en una "continuación de la guerra por otros medios". En el caso del fútbol, que es el más popular aquí, las peleas ya comienzan en los campos donde los niños comienzan a jugar: sus padres, mientras tanto, se zurran de lo lindo en las gradas. Una buena enseñanza es fundamental, y no solo de tácticas y estrategias vive el futbolista.
Está bien pensada la idea del ruso ese. Aunque yo duplicaría esas peleas: también al acabar el partido sería conveniente otra, para que el personal salga a la calle ya mentalizado y siga la gresca fuera. Con el tiempo podríamos ir evolucionando y montar "peleódromos", para que no molesten por las calles, y finalmente una liga alternativa: tras el partido entre equipos oficiales, bronca reglamentada entre los equipos hooligan corespondientes, con liga, clasificación y todo.
Aborrezco estos deportes de masas movidos por cantidades indecentes de dinero, que los seguidores se peleen entre ellos no deja de ser impresentable, que lo hagan de manera organizada en plan deporte, surrealista.
Pero si los rusos han puesto el ojo en esa posibilidad, cuidadín que la cosa va en serio :))
@ doctor Krapp:
Tuvimos la misma experiencia, yo iba de crio con mi padre y salía asustado de toda la gente que chillaba histérica. A pesar de conocer gente de pro que son aficionados y no les va la vida en ello, la masa futbolera me produce pánico, es un monstruo siempre a punto de perder los papeles. Y los profesionales de fútbol ya ni te cuento.
@ Elvis:
Tienes razón, bien mirado casi no hay deporte de fundamento. La gente sube a los altares a tipos cuya única virtud es darle bien a la pelota o manejar una raqueta. Así nos va.
@ Rick:
Lo que yo digo, al final Ronaldo y compañía solos en el campo y la peña partiendose la cara en el peleodromo. Aunque no quiero saber cómo serían las nuevas estrellas del deporte.
@ U-Topia:
Ya se encargará Putin de promocionarlo, eso es marca Rusia: vodka y peleas, la mejor combinación para ahuyentar el aburrimiento.
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