Ir mamado siempre tuvo sus inconvenientes, pero desde que llevamos en el bolsillo ese artefacto multiusos llamado móvil los peligros se han multiplicado. Antes de su aparición, cuando ibas manga los daños ocasionados por el alcohol estaban localizados. Como mucho te miraba con cara de ajo la tía a la que le entraste con lo de este cuerpo lozano te traigo en ofrenda, o te prohibían la entrada en el garito donde hiciste un calvo encima de la barra. Ahora el teléfono se ha convertido en un testigo incómodo, cuando no en un maldito chivato que te busca la ruina.
Ya sabemos cómo son estas cosas, sale uno a tomarse unas cañas y se acaba liando. Dependiendo del aguante de cada cual, a partir de cierto momento la peña pierde el contacto con la realidad y pilla fuerza para cantarle las verdades del barquero a cualquiera. Cógeme el cubata, voy a llamar a mi jefe para decirle que es un negrero, hasta el moño me tiene de sacarle las castañas del fuego. Te vienes arriba y entras en una espiral donde ni los reyes del mambo pueden hacerte sombra. No te puto pilles le gritas en un mensaje de voz a la administradora de fincas que os lleva los papeles de la comunidad. Te haces un turbante con papel higiénico y subes unas fotitos a Instagram declarando a la Pachamama patrona de Castellón. Un TikTok ejecutando un perreo pretendidamente iconoclasta no puede faltar, aunque más parezcas una anguila escurriéndose por el lavabo. Acabas la noche de farra con unos selfies hechos junto a papeleras o anuncios de hemorroides, y a dormir la mona. Pero es lo que tienen las cosas modernas, que el estropicio no acaba ahí. A la mañana siguiente, mientras negocias la resaca, descubres que has llamado terroristas a los seguidores en Facebook de la mancomunidad agropecuaria de la cuenca del Segura, y que armaste un revuelo en un chat de Telegram de ajedrecistas diabéticas relacionando la defensa siciliana con la yakuza. Como guinda del pastel, te llega un mensaje de Aliexpress donde te dan la buena noticia de que el tractor que compraste está de camino.
Este no es más que un caso hipotético, para que vean lo peligroso de ir bolinga con el móvil. Como somos unos inconscientes con la botella en una mano y el terminal en otra, la compañía china Gree Electronics está desarrollando un modo borracho y evitar desmanes a dos manos. El modo borracho limitará las funciones del teléfono e intentará sortear la catástrofe. Lo que no queda claro es cuándo entraría en funcionamiento el nuevo modo, si al activarlo el dueño, si tiene un alcoholímetro incorporado, o si se bloquearía el aparato cuando el micrófono detectara el Asturias patria querida a más de cuarenta decibelios. A buen seguro que será de gran utilidad para muchos borrachos profesionales. A los demás nos bastará con el modo avión, que para llamar al 112 si no nos tenemos en pie sobra.
6 comentarios:
Lejos de mí el propósito de adular, pero tengo que decir que me he reído con ganas leyendo esta entrada.
El mercado de las apps debe tener una competencia feroz; se ve que ya no saben qué inventar.
Pues yo veo otro problema con el modo borracho. ¿Podrá ser de un solo botón o habrá que poner varios en fila? Localizar un botón en medio de una borrachera con vista doble puede ser un follón y perdón, por el doble pareado involuntario.
Siento ser tan negativo, pero no veo ni el modo borracho ni teclear 112: cuando uno va cocido, va cocido y ya está. Los asuntos mundanos no van con él.
Pero aquí entra en juego un artilugio cuya idea abstracta nos horroriza pero que puede tener su parte buena: el microchip que según Miguel Bosé y otros nos van a meter con la
vacuna famosa. Ese chip, que entre otras cosas seguramente detectará nuestro estado etílico, será quien nos ponga en contacto directamente con el estamento sanitario o lo que sea.
Si es que el Gran Hermano piensa en todo...
Pues esta app tiene futuro, que lo de empinar el codo gusta más que levantar el brazo
Pondrán botones grandes, como en los móviles para abuelitos
Si bebes peleón no hay micro chip que resista, no te va a encontrar ni la nasa (y posiblemente tú tampoco)
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