lunes, 22 de marzo de 2021

Licencias musicales

Uno de los grandes avances de la humanidad se llama licencia por asuntos propios, esos días remunerados que saben a gloria para dedicarlos a lo que mejor te venga en gana. Es una pena que no se haya trabajado más en un campo tan prometedor, pero siempre hay empresas en la vanguardia, como la japonesa Hiroto. Dedicada a los asuntos audiovisuales, ha puesto en marcha una serie de licencias para sus empleados que serán la envidia de propios y ajenos. En concreto, están relacionadas con el mundo musical. Así, si el cantante favorito de un trabajador se retira, podrá cogerse hasta diez días para llorarle a gusto en casa mientras pone uno tras otro todos sus discos. Si el que deja de cantar es el segundo o tercer artista preferido, dispondrá de tres días para asimilar la pérdida y actualizar su lista de preferencias. Otro acontecimiento que llevan mal los fans japoneses es la boda de su ídolo. En tal desdichado caso habrá diez días diez a cargo de la empresa para que te preguntes desconsolado qué es lo que pudo salir mal, por qué no me eligió a mí, y llorar bajo la manta abrazado a un retrato suyo dedicado. De hecho, al presidente Shizen Tsurumi instauró tan magnánimo plan de licencias el día que vio cómo moqueaba un empleado al enterarse que Nana Mizuki (en el video la pizpireta de la derecha) pasaría por vicaría. También tendrán tiempo libre para ir a conciertos y otro tipo de eventos esenciales, que un fan militante tiene que estar siempre con la guardia alta, las pop stars suelen salir por peteneras día si día también. La salud mental de los trabajadores de Hiroto a buen seguro que mejorará, sin contar lo mucho que a partir de ahora se aficionarán a la música.

Conociendo la inquietud de nuestra clase empresarial por la salud de sus empleados, no es descabellado pensar que pronto veremos por aquí medidas de este tipo, incluso implementando su uso. Dentro de unos años será normal tomarse una licencia para recuperarse del último disco de Bumbury, ayunar una semana para depurarse tras un concierto de Pitingo, o disfrutar de todo un año sabático y asimilar lo de Alex Ubago con la Filarmónica de Tokio. Suponemos que cuando Melendi deje el negocio no hará falta pedir días ya que se declarará fiesta nacional. Mientras tanto, nuestro sistema de licencias no va más allá de un día por mudanza, y la música la pones tú.

8 comentarios:

Doctor Krapp dijo...

Me temo que sería un grave incordio ser nipón para un tipo como yo, dado que muchos de mis héroes musicales están difuntos.
Ese sí que es populismo para atraer a los milenials.

Rick dijo...

Sí, a mí me pasa lo mismo que a herr doktor: la mayoría de nuestros ídolos e ídolas están ya criando malvas, y el resto jubilados. De todos modos no creo que sea populismo, ya que no se trata de venderles nada sino de que estén a gusto en su puesto de trabajo. Digo yo...

Rodión dijo...

Parece una inteligente operación de marketing para darse a conocer, sobre todo porque la empresa se dedica a asuntos relacionados. Habría que ver si alguno de sus empleados pide esos días libres. Bromas aparte, es verdad que cierta imagen que nos llega de Japón se ajusta a esa idolatría infantilizada, donde gente adulta cae en profundas depresiones cuando sus ídolos (a veces, chicas adolescentes) se casan o abandonan el negocio, pero supongo que son casos aislados que se venden por su rareza. Eso no quita que se dé con fuerza el fenómeno 'idol', que llaman.


Muy bueno lo de la implementación en nuestro país.

U-topia dijo...

No entiendo a los japoneses, tienen una lógica que se me escapa siempre. La verdad, prefiero las licencias para otros asuntos pero claro igual se instaura aquí para hacer más feliz al personal en los empleos precarios que depara el futuro.

Chafardero dijo...

@ doctor Krapp:
Bueno, siempre te puedes pedir unos días en el aniversario de la muerte de tu músico preferido, peregrinar a su tumba o al bar donde se inspiraba entre litros de alcohol.

Chafardero dijo...

@ Rick:
desde luego, se trata de subir la productividad de sus currelas, y seguro que aunque tengan esos permisos ni los usan, que los japos son así.

Chafardero dijo...

@ Rodión:
Tienes razón, pero igual de infantil es aquí vivir y sufrir por un grupo de niñatos pegando patadas a un balón. Y todo lo que lo rodea es mucho más cutre.

Chafardero dijo...

@ U-Topia:
en el mundo de los trabajos precarios creo que el concepto de permiso y licencia se maneja poco.