En Marte no hay marcianos, están todos en Japón. Los amarillos habitantes de la lejana isla son lo más parecido a los alienígenas que nos vamos a encontrar, por eso nos gustan tanto. Hoy les traemos una de amores trágicos high tech, no podía ser menos entre los japos.
Una de las más rompedoras divas del país es Hatsune Miku. Lleva años en lo alto de las listas de ventas, con cientos de canciones, millones de seguidores y compartiendo escenario con artistas de la talla de Lady Gaga. Toda una rutilante pop star de estética anime que encandila al que la oye. Su legión de fans besaría la tierra que pisa, pero Hatsune Miku solo es un holograma, una diva virtual animada por inteligencia artificial. Es una reina del pop sin las complicaciones añadidas a este tipo de personajes. No pide caviar fresco iraquí a las tres de la mañana, ni daiquiris con nieve del himalaya, no se corre juergas de ocho días ni destroza hoteles, por no hablar de sus honorarios. Su imagen sexy y modosita a la vez hace la boca agua y la entrepierna gaseosa a los otakus de todo el planeta y parte del sistema solar. Tanto que alguno, como Akihiro Kondo, se ha enamorado de ella.
En su descargo hay que decir que cuando Kondo conoció a Miku estaba en plena depresión, y sus canciones le ayudaron a salir del pozo. Tan balsámico le resultó el pop chiripitiflautico de Miku que se enamoró de ella. Mas allá de sus distintas naturalezas, un lazo emocional ligó aquellas almas que vagaban sin rumbo hasta que se encontraron. Que la cantante fuera una imagen animada no fue un problema, podía amarla mientras ella seguía con su carrera, podía tenerla en la intimidad de su casa y a la vez hacer bailar a estadios enteros. Ya sabemos que a los japoneses el contacto físico les da repelús, y lo de follar más, así que una esposa virtual no era mala idea. Se casó con ella en un paripé de boda en 2018. Para que su relación no se limitara a escuchar sus canciones y verla en You Tube el feliz esposo se compró un Gatebox, un cilindro donde aparecía la imagen de su amada y podía mantener charlas con ella. Así vivieron felices un tiempo.
El amor nunca es para siempre, por mucho que nos cuenten. En este caso la empresa fabricante del Gatebox decidió descontinuar el aparato, vamos, dejó de fabricarlo y de darle soporte técnico pues no le salía rentable. Un mal día Kondo fue a saludar a su mujer y ella no estaba allí. Error de red. Horror. No había manera humana de hablar con la esposa no humana. El vil cálculo capitalista hace trizas otra pareja, una prueba más de que vivimos en un sistema intrínsecamente perverso. Entenderán la angustia del marido.
Hay matrimonios con problemas de comunicación, pero estos han perdido el canal por el que se comunicaban. En vez de hacer terapia de pareja mejor se busca un programador que le haga un apaño y le concerte algún vis a vis virtual. Esta casuística quizás mereciera un epígrafe en la realidad LGTBIQ, los corazones eléctricos no lo tienen fácil en un mundo tan visceral. Al menos Akihiro Kondo puede presumir de tener un amor real con una persona irreal, no como otros, que tienen amores irreales con gente real.
12 comentarios:
Y además tiene otra ventaja: en tiempos de covid no le haría falta mascarilla ni distancia social. Un amor ideal para tiempos pandémicos y postpandémicos (eso sí, que busque a alguien para restaurar su canal de comunicación y que la distancia no sea total.
Pues a mi me gusta esa especie de coletillas de Hatsune y su forma coqueta de pestañear.
Bah, que no se preocupe. Dentro de poco, con el metaverso y todo ese mundo de realidades virtuales, podrá cambiarla por Elena de Troya, Salomé, Marilyn o quien quiera. Esto va a ser una fiesta.
Yo ya estoy dudando entre Catherine Zeta-Jones o Chrissie Hynde. Y eso que a mí me van más las rubias...
Hola Chafardero , qué buena entrada lo que me he podido reír , gracias por sacarme unas risas , lo mejor es que se comprará una muñeca hinchable , estás tampoco piden mucho y no son muy habladoras , saludos de flor.
La que te pidió el gachet de los seguidores.
A mí me ha recordado a la película ''Her'', de Spike Jonze; por cierto, más que recomendable.
Muy atinado lo último que dices. Desde luego, es posible enamorarse de una ilusión, y el sentimiento será ''autentico''. De hecho, más de un enamoramiento ''real'' sería más ilusorio. Vamos a suponernos que lo de Akihiro Kondo tiene algo de sentimiento y no solo es la simpática ocurrencia de un friki que quiere tener sus quince minutos de fama. En cualquiera de los casos, el tipo lo superará... Y además sin hijos por medio. Todo son ventajas, o casi...
Los japoneses son los maestros de la copia desde que en el siglo XVI copiaron un arcabuz de los portugueses que les estaban invadiendo, antes de ganar la partida los samuráis y aislar el país durante 250 años y buscar apaño en las realidades paralelas.
En esta moda por las virtualidades resulta muy llamativo esa tendencia hacia el lolitismo en el animé, no sé si por problemas morales o legales pero es bastante obvio.
En fin, prefiero a los coreanos, no se rompen tanto la cabeza hace buenas películas y series y no son tan malas bestias cuando entran en guerra.
Desde luego, la relación cumple los más altos estándares sanitarios
Puedes encargarte otra, no creo que su marido sea celoso
Tienes razón, dentro de poco la chica-o de tus sueños estará a golpe de clic. Yo igual me agencio una Cleopatra, que me gustan de narices perfectas
La muñeca hincha le es más carnal, desde luego, pero menos sofisticada
Como decía Rick, puede sustituirla por otra esposa virtual. A rey muerto, rey puesto
Son los reyes de la copia, es cierto, pero también tienen un gran sentido estético y visual. Ahí los coreanos se quedan atrás
Publicar un comentario