lunes, 13 de junio de 2022

Salmón en oferta


 

Tanto el Instituto de Energía Foto Atómica de Osaka como el Laboratorio de Propulsión a Chorrillo de Ventorrillo coinciden en afirmar que el homo consumidor es el último peldaño en la evolución de la raza humana. Todo lo necesario para la vida moderna puede ser adquirido entre la inmensa oferta comercial que nos rodea. Ante el reto de llevar a casa desde el agua destilada necesaria para una perfecta sesión de plancha sin arrugas hasta el juego de cuchillas que cortan los pepinillos en rebanadas perfectas, unos muestran mayor rigor que otros. Los hay que llegan al comercio, piden lo que necesitan, pagan y se van sin importarles si les han hecho un agujero en la cartera. Después quedan los que se toman muy en serio buscar el mejor precio. Como las empresas conocen el paño, hay toda una ciencia llamada márquetin destinada a obnubilar al potencial cliente para que no pueda resistirse. Las maneras de endulzar la píldora a la legión de consumidores guiados por las mágicas palabras calidad-precio es larga como tres festivos sin tiendas abiertas. Hay ofertas, promociones, rebajas, descuentos, sorteos, gangas, chollos, liquidaciones, remates, dos por uno, días sin iva, días locos, tiramos los precios, compre hoy pague cuando le venga en gana, regalamos la mercancía y además hacemos callar a su suegra, además de otras más marrulleras. Con tantas facilidades, quién no se lleva a casa esa caja de alcayatas con retrocompatibilidad o un lote de alfombrillas de ducha con la bandera de Burkina Faso que estaban a precio de derribo.

Pero meterse de lleno en la espiral de gangas y chollos puede hacerte perder hasta el nombre, como ocurrió en Taiwán. En aquella isla la cadena de restaurantes Sushiro tuvo la gran idea de incentivar su rico rico shusi con una campaña en la que prometía que todos los que acudieran a sus establecimientos y su nombre contuviera las grafías de la palabra salmón ( guiyu en chino) comerían gratis, tanto él como cinco acompañantes. Para qué más. Trescientas personas se fueron a la ventanilla correspondiente para cambiar su nombre por otros tales que Sueño de Salmón, Salmón Bailarín y así poder darse el atracón gratis total (lo muy muy de lo más más del baremo calidad-precio) Suponemos que en la intimidad les seguirían llamando como antes del ofertón, pero oficialmente pertenecían a la familia Salmón. Tras acabar con las existencias de shusi del local todos volvieron a la ventanilla correspondiente a recuperar su antigua denominación. Pero a algunos les esperaba una desagradable sorpresa, como a Sueño de Salmón de Truong. Sus padres le habían cambiado dos veces de nombre cuando era pequeño. En Taiwán solo se puede cambiar tres veces de nombre, por lo que el merluzo de marras se tuvo que quedar con Salmón.

Vendes tu alma al diablo por una promoción y acabas con cara de besugo. Las autoridades han advertido que bastantes tonterías tiene la burocracia entre manos como para andar cambiando de nombre al personal para comprar bragas a mitad de precio u otras ofertas super agresivas. A nuestro amigo Sueño de Salmón de Truong solo le queda comprarse un acuario con peces de colores, serán los únicos que no se rían de él cuando le vean pasar.

11 comentarios:

Doctor Krapp dijo...

Es un duro escarmiento. Me gusta el sushi y la comida asiática en general que además puedes comprar en cualquier chiringuito, la que más me gusta en la Pza de Abastos de my city, por eso tendré que pensar que el verdadero propósito de esa gente es cambiarse esos nombres impronunciables que les ponen.

Rodión dijo...

Muy bueno tu final. Vaya historia... Porque sí, lo que más nos llama la atención es ese márquetin agresivo y el hecho de que tantos se tomaran esas molestias para hacer la broma, pero casi pasa desapercibido que los padres del, de ahora en adelante, ''Sueño de Salmón'', le cambiasen de nombre dos veces durante la infancia. Me preguntó por qué... ¿Eran testigos protegidos? ¿espías del gobierno chino?...

Aventuro la imaginaria hipótesis de que le bautizasen como ''Son Goku'', en plena moda del manga japonés de Toriyama, y luego prefiriesen ''Vegeta'', solo para decantarse más tarde por ''Gogeta'', o como se llame la fusión de ambos personajes, porque ya no me acuerdo.

A mí también me gusta el sushi, y de tanto en tanto lo cocino yo mismo, que es más barato. Desde luego, más barato que la broma que le ha resultado al bueno de ''Sueño de Salmón''.

Saludos.

U-topia dijo...

El consumismo, y todo lo que conlleva, puede llevarnos a enloquecer. ¿Hay mejor ejemplo que quedarse de por vida con el salmón como identidad (y tener que ponerlo en el DNI).

Rick dijo...

Dejando aparte que se trate de sushi o de carne de pangolín, a mí lo que me asombra es que sean capaces de cambiar de nombre por una oferta. Debe de tratarse de una nueva demostración de la proverbial "sabiduría oriental" de la que tanto se hablaba en otros tiempos. Porque ahora ya no: cuantos más detalles vamos conociendo sobre la vida y costumbres de los naturales de esa zona del planeta, más flipamos. Decididamente hay otros mundos y están todos en este.

Flor dijo...

Hola Chafardero , buenos días.
Si es que es lo que yo digo , la gente si le dan algo gratis son capaces
de vender a su madre , mujer o a una burra capona , y luego pasa lo que pasa.
Mi madre tenía una amiga , que siempre decía "Dónde den mucho no vayas" ya que hay gato
encerrado , pero la tal amiga , ya había ido a alcahuetear , y siempre salía trasquilada.
Una entrada muy amena y divertida , me has alegrado la mañana , ya que estoy llorando como una madalena , por pelar cebollas , jajajajajaj.
Te deseo una feliz mañana de Domingo y mejor semana.
Saludos de flor.
pd , Veo que todavía no tienes el "Gadgets" de los seguidores.
¿Lo vas a poner o no? te lo digo porque tengo que ir buscándote por los blogs, ya que bloguer no me actualiza las entradas gracias de todas formas y perdona por ser tan cansina.

Joaquin dijo...

Buen marquetin después de todo. Pero a mi me gustaría saber qué tipo de marquetin debió seguir un vendedor ambulante árabe de tiempos de la Reconquista, porque extraje este texto de un libro que lei y comenté en 2020. ... perfume de algalia extraído del ano de una gata en celo para estimular el apetito sexual. A un amante despechado, le vendió una pócima infalible para conquistar a la mujer deseada. El amante debería tomar el afrodisíaco en una noche de luna llena, metérselo en la boca mezclándolo con su saliva y después pegárselo al pene. Al amanecer, antes de la salida del Sol, desprendería el ungüento del miembro y lo introduciría en el interior de un pastel de miel, que enviaría a su amada.

Chafardero dijo...

Pues si te dicen que llamándote Salmón en adobo te sale a mitad de precio, no escuches sus cantos de sirenas

Chafardero dijo...

Ya pensé en los padres. Quizás fuera adoptado, o no acertaron con el primer nombre, o su padre perdió una apuesta. Lo que no imaginaron es que fuera a acabar pescado su hijo

Chafardero dijo...

Pues la tradicional sabiduría oriental va de la mano de otro tanto de estulticia, porque te tiene que faltar un hervor para cambiarte el nombre por una oferta

Chafardero dijo...

Aléjate de las cebollas, Flor, y métele mano al sushi.
Esta semana me pongo con lo de los seguidores, prometido.

Chafardero dijo...

Pero se sabe de la efectividad de dicho filtro? Porque si después de molestar a la gata, hacer el pastel y demás, te dan calabazas, es mucho trabajo.