Los USA son un gran país. Inventaron las pelis de vaqueros, el papel higiénico, la coca cola y las tarjetas de crédito, entre otros grandes avances para la civilización. Es un país muy rico, el paraíso del capitalismo. Dicen que su destino manifiesto es nadar en la abundancia, zambullirse como el tío Gilito en montañas de monedas doradas. Pero para que a algunos les llegue el oro al cuello otros tienen que sudar la gota gorda. En el país donde más millonarios hay por metro cuadrado, muchos tienen que perder para que ellos ganen. Y un sistema tan eficaz como el yanqui no se anda con remilgos a la hora de exprimir a los débiles, sean de la edad que sean. Hace poco la inspección de trabajo ha multado a varias franquicias de la entrañable cadena de comida basura McDonald´s con algo más de doscientos mil dólares por tener trabajando a 305 menores de edad en Kentucky, Indiana, Ohio y Mariland.
En realidad, lo que estaba haciendo McDonald´s era inculcar el sueño americano desde la más tierna infancia. Si a los diez años estás frente a una freidora, quizás a los veinte seas el CEO de una starup de IA, a los cuarenta presidas un fondo buitre, y a los sesenta, podrido de dinero y de vuelta de todo, te presentes a presidente solo por las risas. Al menos eso creen muchos ciudadanos. La cruda realidad es que acabarán sus días durmiendo en un coche destartalado o bajo un puente sobre cartones de Happy Meal.
Pero tranquilos, el problema del trabajo infantil está en vías de solución. La gobernadora republicana de Arkansas ha eliminado trabas burocráticas para que los empresarios puedan contratar legalmente críos. En Oiwa y Minesota están pensando en lo mismo. Ahora se entiende mejor la oposición republicana al aborto. Necesitan mano de obra barata. Necesitan críos cobrando cuatro perras para que el ultramillonario de turno se puede comprar un nuevo avión privado. Ahora que vuelven a legalizar el trabajo infantil, quizás se animen con la esclavitud, que desde el punto de vista económico es muy rentable. El sueño americano produce monstruos.
9 comentarios:
Efectivamente! creo sinceramente que lejos de mejorar, estamos involucionando. Por más que todos veamos lo nocivo del sistema capitalista, por más intentos que a lo largo de la historia se hayan hechos para superarlo e incuso erradicarlo, como una hidra de cien mil cabezas lejos de desaparecer cada vez se radicaliza e impone más..cada vez más acumulación de capital en menos manos. Cada vez más pérdidas de derechos adquiridos en el ámbito laboral. Cada vez más pisoteados los derechos humanos en general. Asusta pensar hacia donde va todo y lo peor, asusta ver cómo las nuevas generaciones crecen asumiendo esta realidad como irreversible e inevitable y de ahí la desilusión y el descreimiento de todos y en todo ... Hasta yo, que siempre encuentro algo positivo en lo que enfocar ya no sé ni donde hacerlo, estoy pasándome a las filas de los derrotados ; )
Muchos besos!
Siempre hay aprovechados, pero me parece preocupante que diez estados de USA estén, al parecer, relajando las leyes para permitir abrir el abanico a este tipo de casos. Hasta cierto punto, es sintomático de los tiempos.
Además de la legislación y de la vigencia de la ley, es una cuestión cultural. En nuestra cultura, por desgracia, hay cierta tendencia a normalizar la economía sumergida, sobre todo con los contratos en negro en hostelería, por no hablar del sector de las empleadas del hogar. Aun habiendo tantos empleadores que se atienen a la ley, siempre se escabullen otros que no lo hacen, así como contratados que por una u otra razón pasan por el aro. ¿Por qué meto esta digresión? Porque así como aquí se normalizan esos casos, no cuela tanto el trabajo infantil, que supone en general una línea roja. Seguramente la cultura del éxito en USA y, como dices, el sueño americano, contribuyen a relativizar esa línea roja allí con los hijos de los inmigrantes.
En el siglo XIX hubo un debate similar con los niños mineros en Inglaterra y Gales. Así que esto es una involución en toda regla. Esperemos que el asunto haga allí tanto ruido como para que se legisle contra esos casos.
Hace poco leí un artículo sobre este asunto. Al parecer los republicanos van aprobando este tipo de leyes con nocturnidad y alevosía, sin publicidad para que no se rasguen las vestiduras los "liberales y social-comunistas", pero sabiendo que muchos de sus votantes están de acuerdo.
Porque en este caso, como en muchos otros, el mal comienza en el pueblo: en otras épocas este tipo de políticas estarían condenadas, pero hoy en día hay mucha gente que ha perdido la cabeza y ya traga lo que sea. Y también hay que reconocer que muchas de estas locuras vienen causadas por la total ineficiencia de la izquierda y sus guerras de personalismos. En Chile, con el pasado sangriento de Pinochet, la extrema derecha acaba de arrasar. Y seguimos contando....
Argumentos irreprochables los tuyos.
Es curioso como ciertas actitudes chorras de la izquierda más preocupada por cuidar las diversas identidades -como si se tratase de un zoo étnico- por mejorar los niveles de vida en la población, ha provocado en el campo contrario una vuelta al feudalismo y a actitudes propias del esclavismo soez y rancio del siglo XIX. Todos esos territorios del Sur profundo y del Oeste bravío todavía no se han sacudido por su fracaso en aquella guerra de Secesión.
@ María:
La esperanza es lo último que se pierde, todavía confío en que llegue el día en que la gente se caiga del guindo, y espero que sea antes de caigamos al precipicio.
Besos
@ Rodión:
Espero que sí, que la opinión pública los frene. Salía a la luz hace unos días unos informes forenses sobre los restos de niños del XIX reventados a trabajar como bestias, y hablaban de que al sufrimiento físico por el trabajo se sumaban malos tratos, palizas, y a saber que otras cosas que no han salido a la luz. Igual hay que llegar a esos niveles de crueldad para cambien las leyes.
@ Rick:
Unos por acción, otros por omisión, y los críos en el fogón. Quizás no sean una minoría empoderada, de las que marcan la agenda.
@ doctor Krapp:
Algo de eso habrá en los estados del sur, azuzado por esas sectas protestantes que consiguen que los católicos en comparación pasen por hermanitas de la caridad.
Lo necesario para que las empresas disfruten más y mejor de sus ganancias en el libre mercado.
Saludos,
J.
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